El sentido del humor es una herramienta única para enfrentarse a las dificultades. Para algunos, incluso la muerte se lleva mejor con algo de humor. Aquí tenéis algunos ejemplos.
- En la tumba de Groucho Marx: «Disculpe que no me levante, señora».
- En una tumba del cementerio de Salamanca: «Con amor de todos tus hijos, menos Ricardo que no dio nada».
- En la tumba de Orson Welles: «No es que yo fuera superior. Es que los demás eran inferiores».
- Lo puso un marido en la tumba de su suegra: «Aquí yaces y yaces bien, tú descansas y yo también».
- El difunto pesaba 140 kilos e hizo infinitas curas de adelgazamiento: «Por fin me quedé en los huesos».
- En la tumba de Miguel de Unamuno: «Sólo le pido a Dios que tenga piedad con el alma de este ateo».
- En una tumba del cementerio de Guadalajara: «A mi marido, fallecido después de un año de matrimonio. Su esposa con profundo agradecimiento».
- En la tumba de José Solís Ruiz: «Aquí se puede ser ministro de cualquier cosa, menos del "movimiento"».
- Un joven y chistoso calavera quiso ser enterrado con el ataúd puesto de pie; él mismo dictó el epitafio: «Para no decir como siempre "aquí yace", está de pie y duerme en paz».
- «Necesité toda una vida para llegar hasta aquí».
- En la tumba de Johann Sebastian Bach: «Desde aquí no se me ocurre ninguna fuga».
- En la tumba de Marlon Brando: «¡Otra vez protagonista de la ley del silencio!»
- Lo puso el marido: «Pronto estaré contigo». Un conocido al ver las fechas tan distantes de fallecimiento escribió debajo: «Creí que no venías».
- Lo puso un marido en la tumba de su suegra: «Tanta paz encuentres, como tranquilidad me dejas».
- En el cementerio de la Almudena de Madrid: «Aquí estoy con lo puesto, y no pago los impuestos».
- «Aquí reposa Pepe Carrascosa, en su vida no ha hecho otra cosa».