Le dice un empleado a su jefe:
- ¿Puedo irme a casa?
Y el jefe le pregunta que para qué, a lo cual contesta el empleado:
- ¡Es que voy a ser padre!
- ¡Pero hombre, por Dios, qué hace aquí entonces! Venga, váyase.
Al cabo de dos horas vuelve el empleado y al verle el jefe le da unas palmaditas en la espalda y dice:
-¿Ya por aquí? Y bueno, ¿qué ha sido niño o niña?
- Pues ya veremos con suerte dentro de nueve meses.