- Conocimiento del negocio de la compañía y sus objetivos a corto, medio y largo plazo. En general, todas las políticas de las unidades funcionales de la empresa, y por supuesto la de recursos humanos, deben apoyarse en la planificación estratégica general de la organización, y apoyar cada una de las diferentes unidades funcionales en la consecución de dichos fines. Resulta por ello prioritario partir de un buen conocimiento del negocio, así como de sus objetivos.
- Conocimiento de la plantilla. Ésta es una pauta imprescindible pues se trata de conocer cómo son los empleados, profundizar en sus necesidades tanto personales como profesionales, así como en su evolución dentro de la organización, para ser capaces de adaptarnos en todo momento a lo que tanto el empleado como la empresa requieren. No hay que olvidar que así como las empresas cambian, los trabajadores también lo hacen.
- Cultura de servicio. Se trata de proveer de servicios, herramientas y soluciones al resto de la organización para la obtención de la consecución de los objetivos planteados. Se puede decir que es equiparable a cualquier área de negocio que se relaciona con clientes, donde los clientes son los propios empleados.
- Capacidad para gestionar la complejidad. Es muy importante la personalización en sus iniciativas, y ello es un tema cada vez más demandado en las empresas, puesto que se requieren soluciones específicas a situaciones muy concretas.
- Conciliación. Es otra función muy importante para un responsable de Recursos Humanos. En ocasiones en las empresas surgen situaciones de conflicto, y será él el responsable de actuar como puente de unión y entendimiento entre los diferentes intereses encontrados.
- Comunicación. Será además el encargado de transmitir la información, los valores, los objetivos generales y estratégicos, así como la imagen de la compañía. Deberá adecuar el mensaje a cada uno de sus interlocutores, en función de cada uno de los momentos de la organización, persiguiendo siempre la transparencia. Dicha transmisión de información servirá en la toma de decisiones importantes, tanto de directivos como de la plantilla.
- Coherencia. Imprescindible para reconocer una identidad de compañía más allá de la pluralidad, y ello también será una de las funciones y deberes de los responsables de Recursos Humanos.
- Orientación a resultados. Como organización es indudable que su finalidad será alcanzar unos resultados, por tanto deberá orientar su función y la de su departamento para obtener objetivos concretos que permitan alcanzarlos, así como analizar los avances de sus acciones.
- Apertura de mente y gestión de proyectos. Éste es un punto positivo que puede beneficiar al buen funcionamiento de la organización, pues consiste en involucrar a compañeros que no pertenecen al propio departamento para enriquecer la toma de decisiones y garantizar la aplicación de dichas decisiones.
- Aprendizaje continuo. Es importante, además, estar al día y tener conocimiento de todas las posibilidades que existen dentro del mercado. Y en caso de no poseer tal conocimiento, de saber a quién o a qué recurrir en caso de necesitarlo.
Tal vez la idea clave que se desprenda de este decálogo es que serán los responsables de RRHH los encargados de fomentar políticas de motivación, gestión del talento, salario emocional, conciliación laboral al tiempo que potenciarán la comunicación y el entendimiento con la empresa y la plantilla.