El efecto Zeigarnik

Existe un  fenómeno curioso descubierto por la psicóloga rusa Bluma Zeigarnik que a partir de la observación de la forma de trabajar de los camareros se dio cuenta de que tenían tendencia  a recordar los pedidos pendientes de servir, pero  olvidaban  fácilmente  los pedidos que ya habían servido a sus clientes. 

Traducido a un fenómeno psicológico hablaríamos de la tendencia del ser humano a recordar más las tareas inacabadas que las tareas que ya se han realizado. La psicóloga Bluma Zeigarnik realizó en 1927 un estudio sobre este efecto. Durante este estudio los participantes tenían que realizar unas 20 tareas sucesivas. Resolver adivinanzas, hacer tareas manuales o problemas matemáticos. Para probar el efecto Zeigarnik se interrumpía a los participantes durante la realización de la mitad de estas tareas.

El estudio demostró que los participantes cuando se les interrumpía recordaban más las tareas que estaban realizando o les quedaban por realizar que las que ya habían terminado.

La conclusión de este estudio es que cuando las personas comenzamos una tarea estamos más predispuestos a terminarla. El abandono o el dejar las cosas por hacer, es más fácil que se produzca si aún no hemos comenzado a hacer algo que si ya estamos en ello. Hay que comenzar la tarea, da igual por donde empecemos lo importante es comenzar. Mejor no comenzar por la parte más difícil, si lo hacemos por la parte más fácil cada vez nos involucraremos más y será más difícil abandonar.  Una vez que has dado el primer paso es mucho más probable que sigas adelante.

El efecto Zeigarnik tiene una excepción, no funciona bien sino existe motivación por lograr un objetivo. Si lo que tenemos que hacer no nos importa, o nos resulta molesto, entonces trataremos de buscar todo tipo de excusas para no hacerlo. En cualquier caso la estrategia para superar esta resistencia a la acción obvia, comenzar una tarea garantiza que nos enfoquemos a su finalización.

Para llegar al final siempre hay que dar un primar paso.