Los que vivimos, trabajamos o frecuentamos grandes ciudades estamos expuestos a altos niveles de ruido. Hay muchos aspectos que influyen en la contaminación acústica que sufrimos. Algunos de ellos ponen en peligro nuestra salud y otros son simplemente, desagradables, pero en general, lo que seguro que consiguen es incrementar nuestros ya de por sí altos niveles de estrés.