El circo de las mariposas: una bonita historia
Os dejo una bonita historia.
Una bonita historia sobre cómo nos vemos a nosotros mismos y cómo esa visión nos puede limitar o, por el contrario, dar alas.
Una bonita historia sobre cómo podemos centrarnos en nuestros defectos y vivir perpetuamente limitados o cómo podemos apoyarnos en nuestras virtudes para crecer y sobresalir.
Una bonita historia sobre cómo nos ven los otros y sobre por qué debemos alejarnos de los que nos intentan minusvalorar o los que nos desprecian por ser diferentes.
Una bonita historia sobre cómo apoyarnos en las personas que te pueden ayudar a crecer viendo en ti potencialidades en lugar de barreras.
Una bonita historia sobre la importancia de aceptar, no resignarse. Aceptar que no somos perfectos pero que, a pesar de nuestras imperfecciones, tenemos muchas otras virtudes que otros pueden valorar o admirar.
Una bonita historia sobre cómo sí podemos. Podemos pese a que algunos nos digan que no. Porque siempre nos podemos superar.
Una bonita historia sobre la actitud ante los problemas. Porque, aunque pueda parecer un tópico, es nuestra actitud y la de los que nos rodean la que marca la diferencia entre progresar o quedarnos estancados.
Una bonita historia sobre cómo lograr lo que nos importa lleva su tiempo y, sobre todo, esfuerzo. Porque las cosas no se consiguen de un día para otro pero, a pesar de ello, el cambio es posible.
Una bonita historia sobre como cuando alguien es capaz de superar sus limitaciones se convierte en el mejor ejemplo y factor de motivación para otros.
En definitiva, una bonita historia porque a pesar de ser un poco larga (a día de hoy 20 minutos nos parecen una eternidad) nos puede servir de impulso. Así que busca un momento y disfrútala.