Nuevo año, retomamos compromisos

Comienza un nuevo año y con ello aparecen nuestros compromisos de cambio y mejora.

 

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Nuria Fernández López

 

Comenzamos un nuevo año, y no podemos evitar mirar al futuro con cierta inquietud. Nos asalta la misma pregunta de siempre por estas fechas, ¿qué nos deparará el nuevo año?, ¿cómo nos irá?, ¿lograremos alcanzar algunas de las cosas que ansiamos?. Tal y como está el mundo, es inevitable sentir un poco de vértigo. Sin embargo, nada podemos hacer para responder a estas preguntas en el presente, simplemente podemos y debemos concentrarnos en el hoy, trabajar en nuestras posibilidades y confiar en que las cosas saldrán bien. Poco más está a nuestro alcance.

Aunque hemos abordado el concepto de inteligencia emocional en otras ocasiones, en la tesitura comentada, la inteligencia emocional es el mejor soporte para poder gestionar con éxito la incertidumbre y la avalancha de pensamientos y expectativas a futuro. Sólo hacer uso de nuestra inteligencia emocional nos permitirá mirar hacia el horizonte con cierta confianza y seguridad, confianza y seguridad que debe estar en cada uno de nosotros.

Si no hemos tenido oportunidad de trabajar en ello, tal vez pueda ser un buen propósito para el próximo año, tan saludable como los habituales perder peso, dejar de fumar, ir al gimnasio, por estas fechas.

Afortunadamente la inteligencia emocional se desarrolla y con el tiempo es susceptible de mejora mediante entrenamiento y práctica. Teniendo en cuenta que según muestran los datos de distintos trabajos, los individuos con un alto cociente de inteligencia emocional suelen tener más éxito afrontando exigencias o presiones del entorno, y su déficit puede conllevar problemas emocionales, y fracaso de diversa índole y en distintos ámbitos.

La inteligencia emocional es un constructo compuesto por un conjunto de capacidades, habilidades,  destrezas y facilitadores emocionales y sociales tanto personales como interpersonales, interrelacionados, que determinan la competencia de un individuo para afrontar eficientemente las demandas, exigencias, desafíos, y las presiones del día a día.

Es por tanto, un factor clave de éxito en la vida, a tenor de ello, tal vez sería bueno incluir entre nuestros propósitos para este nuevo año, un poco de compromiso personal en el desarrollo de nuestra inteligencia emocional, para convertirnos en personas "inteligentes emocionalmente" capaces de identificar y expresar eficazmente nuestras emociones, comprendernos mejor a nosotros mismos y a los demás, flexibles, con capacidad de adaptación a los cambios, realistas, resolviendo problemas y afrontando el estrés sin perder el control.

 

Tal vez haya mejores deseos para el nuevo año, pero ese es el mío.

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