Nativos digitales

La prueba de fuego es tratar de explicarle a tu abuela qué es internet. Yo, cuando la cosa se pone tensa, siempre echo mano de la muletilla einsteiniana: "No entiendes realmente algo a menos que seas capaz de explicárselo a tu abuela" (Albert Einstein, en algún lugar, en algún momento).

UNO. Internet es un poco como el Mercado, o como el Tiempo agustiniano, que si no me lo preguntas lo sé, pero si me lo preguntas... Hay múltiples maneras de enfocar el asunto. Un experimento  fácil, sencillo y para toda la familia, es el que yo mismo he planteado a Patri  esta noche mientras hacíamos la cena. Patri, le he dicho, tú te imaginas la vida sin internet. Ella ha mirado al horizonte, que en nuestra cocina queda a la altura del microondas, y sin dejar de sujetar la sartén por el mango ha puesto  cara de que sí y ha resuelto que NO. Es curioso que dos treintañeros que recuerdan como un acontecimiento revolucionario que los relojes Casio se iluminaran al apretar un botón, no puedan hoy imaginarse volviendo a 1994 sin wifi ni 3G.

DOS. Hace algunos años, me pusieron delante una clase de chicos de 3º de la ESO que intentaban por todos los medios -incluso violentos- permanecer sentados y prestarme atención. Yo, incauto sociólogo, les formulé esta pregunta estúpida: ¿Pasáis más tiempo viendo la tele o delante del ordenador? Como las caras eran poco reveladoras les pedí que levantaran la mano. Algunos se atrevieron a decir que con la tele. Otros, pocos más, que con el ordenador. La práctica totalidad me miraba fijamente por primera vez y vi que les daba como lástima. ¿Entonces? Silencio. Se miraban. Cuchicheaban. La clase se me iba de las manos. Hasta que un hilillo de voz adolescente, sorprendido y tímido, como si confesara, dijo desde el fondo: las dos.

¿No era evidente? ¿Qué crío de 14 años no está viendo la televisión mientras tiene abiertas siete pantallas en cada navegador -facebook, el marca, un chat, la plataforma moodle del insti, la cuenta de correo, un blog de moda, spotify...- y, además, si le vibra el móvil contesta al whatsapp, y todo mientras su madre le dice que ordene la habitación?

TRES. Patri y yo no somos nativos, pero casi. Los chicos de la clase de 3º de la ESO B, sí. Patri y yo somos como unos mutantes que aprendieron a vivir en un mundo en el que maravillarse porque un Casio de color negro parpadeé cuando se acciona un botón carece de sentido. Por eso no sé cómo explicarle a mi abuela qué es eso de internet, pero entiendo que se apunte a un curso los martes por la tarde que recibe el nombre de Alfabetización digital.