Cuenta una historia que estaban varios ministros reunidos y el primer ministro de otro país estaba invitado. De pronto, la discusión se puso seria. Empezaron a subir el tono de voz y uno de ellos incluso golpeó la mesa. Entonces el presidente del gobierno que había permanecido tranquilo junto con su invitado le dijo a su ministro más alterado que recordara la regla número 6. Dicho lo cual, recuperó la calma y se disculpó.
Pasados unos minutos, se produjo una escena parecida con otro ministro y el presidente volvió a decirle las mismas palabras: "Recuerda la regla número 6". Asombrado, el primer ministro invitado le pidió al presidente del gobierno que le revelara el contenido de la regla número 6. "Muy sencillo-responde. La regla número 6 es: No seas tonto. No te lo tomes tan en serio".
Libro "El arte de la posibilidad"
Para Einstein la decisión más importante que tomamos en la vida tiene que ver con una creencia, la de decidir si vivimos en un universo amigo o enemigo, en un universo amable o en un universo hostil.
Y es que aunque tendemos a posicionarnos en absolutos, la mayoría de las cosas que vivimos no son blancas ni negras, más bien se construyen en escalas de grises.
Como tantas veces hemos escrito en este blog, en realidad no vemos, sino que decidimos ver. Es a través de las gafas con las que miramos e interpretamos la realidad, que elegimos poner nuestra atención en motivos de fortuna o de desgracia. Es de estas gafas de las que surgen las emociones que experimentamos y la forma en que respondemos a los estímulos que nos encontramos.
Estas gafas nos llevan a entender el mundo como un lugar para la rivalidad, la disputa, el enfrentamiento o como un lugar para compartir, para disfrutar, para sumar, como una fuente de sufrimiento o de placer, como algo que tenemos que soportar o como algo que podemos disfrutar.
Dicho una y mil veces, de cómo nos sentimos no tienen la culpa los demás ni el mundo en el que vivimos. Somos nosotros quienes elegimos cómo nos sentimos y quienes somos responsables últimos de nuestros sentimientos y comportamientos.
Lo bueno es que el mundo está lleno de ópticas, y en cualquier momento podemos decidir cambiar unas gafas por otras que nos ayuden a encontrar esa escala de grises que nos rodea y que en muchas ocasiones nos negamos a percibir.
Seguro que hemos oído esta historia en alguna ocasión y no hace más que ilustrar que todo depende de la perspectiva con que se mira.
2 vendedores de zapatos ingleses fueron enviados a África a explorar nuevos mercados.
Después de una semana, uno envía un telegrama a Londres: “No hay ninguna esperanza. Aquí no usan zapatos.”
Y el otro, envía: “Excelente oportunidad! Aun nadie tiene zapatos.”