Cada vez cumplo años antes. Lo irrelevante constituye los límites de lo relevante. Constato que la constancia maximiza el aprendizaje. Alguien me demostrará que soy radical en mis ideas mediante un argumento radical.
Escribir en un blog tiene una parte de devoción y otra de obligación. Y aunque primero es la obligación y luego la devoción, lo cierto es que en un primer momento uno decide escribir por devoción, por compartir con los demás sus ideas, reflexiones, descubrimientos, inquietudes y preguntas, y en el momento en que consiguen que a uno le lean o le escuchen, se torna en obligación responder a las expectativas que uno considera que se hayan podido crear. Así pues, para compartir las reflexiones de manera periódica, uno se vuelve más reflexivo o al menos en proporción directa a la publicación de su reflexión.
Eso no significa que todo lo que uno reflexiona sea de interés general o incluso que pudiéndolo ser, no encuentra uno el camino del debate interno como para convertirlo en un post que, intentando evitar aburrir al personal, al menos tenga la suficiente enjundia como para ocupar unos 600 caracteres. Y eso no siempre se consigue. Y no por desinterés sino porque a veces te falta la determinación de explorar la idea con la profundidad suficiente, o bien porque "no da pa más". Esta semana es una de esas que no he terminado de decidir en qué asunto profundizar.
Lunes. Está cerca mi cumpleaños. Otro año más. A este paso me queda menos de lo que esperaba. No porque no aspire a llegar al menos a cumplir otros tantos como los que cumplo, sino porque cada vez se pasan más rápidamente. Aquello de aspirar a la inmortalidad no solo es imposible sino que además no es práctico, creo yo. De todas formas, al paso en el que aumenta la velocidad en la que percibimos el paso del tiempo de qué nos serviría, llegaría un momento en que la vida se pasaría tan deprisa que la inmortalidad se pasaría en un momento.
Pensemos entonces en los decimales que entre un número y el siguiente crean infinitos valores. Así pues, no estaría mal que a alguien se le ocurriera inventar o descubrir la manera en la que los días, semanas, meses y años, no se pasaran tan rápidamente con el aumento de la edad. A ver que este año se me ha pasado más rápido que las navidades de 8º de EGB. Hombre, puestos a pedir, el paso del tiempo podría ser inversamente proporcional al bienestar subjetivo con el que lo estés viviendo, así estaríamos más comprometidos en hacernos la vida mejor a nosotros mismos o agradecidos porque pasara tan rápido en caso de seguir insistiendo en amargarnos.
Martes. Una persona que se ha incorporado recientemente al equipo y a la vida laboral está poniéndose al día en uno de los proyectos. Yo intento darle toda la información que necesita para comprender las claves del proyecto y qué función tiene que desempeñar. Sin embargo, ella me demanda más información. Información que es totalmente secundaria e innecesaria. Yo me empeño en señalarle todo lo que es relevante y ella insiste. Finalmente decido intentar comprender el por qué y me pongo en su lugar.
La percepción de que tenemos suficiente información sobre algo en concreto y que lo comprendemos no solo radica en saber lo que es relevante, sino también lo que es irrelevante o secundario. Esa información menos importante o irrelevante son los límites de universo de dicho concepto y es tan necesario conocerlo como lo relevante. Cuando nos enfrentamos a algo nuevo nos abrumamos por "todo lo que hay que comprender". No sabemos distinguir qué es lo importante y por tanto nos es difícil comprender qué grado de control o de conocimiento tenemos sobre el tema. Los primeros pasos de sensación de control vienen cuando comenzamos a distinguir qué es secundario o irrelevante.
Miércoles. Después de verano, como buena época para formular buenos propósitos de cambio y comprar algún coleccionable en el kiosko, me propuse aprender a tocar la batería. Ya toco otros instrumentos pero por circunstancias me pareció buena idea. Por supuesto tenía que organizarme bien ya que apenas dispongo de tiempo, a diferencia de cuando aprendí los otros instrumentos. Por ese motivo, también me apunté a clases ya que un profesor podría guiarme más rápidamente por el recorrido que tendría que hacer para que mi tiempo diera más de sí.
Pues tal como esperaba, y a pesar de mi gran motivación, no podía dedicarle más que un ratito al día. Treinta minutos, una hora como mucho en casos excepcionales. Este hecho me está obligando a tener que tocar irremediablemente todos los días porque de lo contrario no me da tiempo a hacer todos los ejercicios que el profesor me manda entre clase y clase. Comparando con las horas que le he dedicado a otros instrumentos enseguida comprendí que mi curva de aprendizaje sería mucho más plana y larga en el tiempo. Sin embargo, cuál está siendo mi sorpresa. Mi avance está siendo mucho mayor a la que he tenido con ninguna otra habilidad anterior. El hecho de centrarme en el método y hacerlo diariamente aunque solo sea durante poco tiempo debido a mis limitaciones, ha hecho que el aprendizaje esté siendo mucho mayor de lo esperado. En otras ocasiones me daba grandes atracones pero después no practicaba en días. Semanalmente tocaba mucho más horas pero agrupadas en menos ocasiones.
A pesar de haber repetido que la constancia es el secreto para aprender cualquier habilidad, nunca lo había llevado a la práctica como ahora y soy capaz de sentir realmente el impacto que supone.
Jueves. Me gusta debatir, lo confieso. En la mayoría de las ocasiones como diversión. Un combate dialéctico con otra persona para ver quién es más ingenioso defendiendo o atacando una hipótesis. También existen ocasiones en que aquella idea que defiendo y apoyo está por encima de las estrategias y tácticas que use para ello. Realmente creo en ello. Ahí suelo ser más emocional. En más de una ocasión me encuentro que la otra parte me acusa de que soy muy drástico, tajante, radical, contundente, enérgico, rudo, rotundo, total. Existen otras opiniones, otras formas de ver las cosas, otros modos de pensar, otros... Entonces, me quedo un poco desconcertado.
Si existen otras opiniones o puntos de vista ¿se supone que no debo defender enérgicamente la mía? En cualquier caso, la otra parte defiende el hecho de que hay otras opiniones o alternativas de una manera tan drástica, tajante, radical, contundente (véanse más sinónimos) como yo la mía, aspecto este que parece no ser percibido por nadie más.
En una ocasión, en una dinámica de grupos en la que participaba teníamos una que defender una postura. Como no llegábamos a un acuerdo insistí y convencí al resto para que votáramos democráticamente por una de las posturas que existían. Como grupo salimos muy bien parados ya que el objetivo consistía en ofrecer una solución común, independientemente de la que fuera. En la ronda de feedback un compañero del equipo me señaló que había utilizado un método un tanto autoritario y dictatorial para que votáramos de manera democrática.
Paradójicamente, cualquier decisión participada parte de una idea axiomática y no discutible.
Viernes. Que cada uno seleccione en qué punto quiere ahondar y continuar con la reflexión.