Las cosas con frecuencia no son lo que parecen, aunque en muchas ocasiones podamos pensar en la absoluta certidumbre de nuestro pensamiento.
Pensamos con frecuencia que estamos en lo cierto, que poseemos la verdad más allá de lo que los demás lo hacen. Aseguramos y persistimos en el intento de convencer o en demostrar lo que para nosotros resulta obvio.
Pero la realidad nos demuestra una y mil veces que existen otras formas de entender un mismo hecho.
Como siempre podemos escribir largo y tendido sobre ello, y así lo hemos hecho en otras ocasiones en este mismo blog, pero siempre resulta más ilustrador el ejemplo, ya que nos acerca a la compresión de una forma más práctica.
Este breve texto no ayuda a comprender como un mismo mensaje puede tener diferentes lecturas con un valor diametralmente opuesto.
Este texto simple, puede llevarnos a la reflexión de que tal vez, y digo tal vez, porque todo dependerá de los momentos, situaciones y acontecimientos, si las cosas no fluyen de arriba hacia abajo, podamos mirarlas de abajo hacia arriba, es posible que nos ayude a cambiar de perspectiva.