El éxito comienza en la voluntad.

Cada año por estas fechas entramos en la rutinaria tarea, por repetida año tras año, de identificar y buscar con verdadera fe, ilusión y convencimiento nuevas actitudes y reflexiones que nos ayuden a recuperar o al menos corregir, esas desviaciones en cuanto a propósitos personales que se nos han ido quedando en el camino del año anterior.

A pesar de las desviaciones, de los errores cometidos, de los abandonos, y demás venturas y desventuras, creo que es un buen ritual,  en el que debemos persistir, ya que aunque no consigamos nuestros logros al completo, es seguro que algo queda de poso en nuestro camino. Poso que se suma al esfuerzo del año venidero, y por recorrido ya, más fácil de transitar. 

El logro final, no es más que una suma de pequeñso esfuerzos anteriores, y por esto motivo, no es un fracaso no conseguir algo en el primer, segundo, tercer, y " n" intentos no son más que etapas de un proceso, y está más que evidenciado que el número de intentos, depende muy mucho de tantos avatares y circunstancias personales que nadie puede pronosticar cuantos intentos habrá de hacer antes de lograr lo que se propone.

Así que me sumo a las máximas y reflexiones navideñas y aquí os dejo un mantra a repetir, que creo que si se interioriza, se le puede sacar buen provecho.

El  éxito comienza en la voluntad. ( Rudyard Kipling)

Si piensas que estás vencido, lo estarás.

Si piensas que no te atreves, no lo harás.

Si piensas que te gustaría ganar, pero no

puedes, no lo lograrás.

Si piensas que perderás, ya has perdido,

porque en el mundo encontrarás,

que el éxito comienza con la voluntad del

hombre.

Todo está en el estado mental.

Porque muchas carreras se han perdido

antes de haberse corrido,

y muchos cobardes han fracasado,

antes de haber su trabajo empezado.

Piensa en grande y tus hechos crecerán.

Piensa en pequeño y quedarás atrás.

Piensa que puedes y podrás.

Todo está en el estado mental.

Si piensas que estás aventajado, lo estás.

Tienes que pensar bien para elevarte.

Tienes que estar seguro de ti mismo,

antes de intentar ganar un premio.

En la batalla de la vida no siempre gana

el hombre más fuerte, o el más ligero,

porque tarde o temprano, el hombre que gana,

es aquel que cree poder hacerlo.