Todos hemos oido la historia del Ave Fénix. Cuenta la mitología que el Ave Fénix, era un animal mágico, un ave de fuego rojo, que se consumia cada 500 años, para resurgir de sus propias cenizas. Es un símbolo de renovación, de renacer, de resurgimiento.
Esta historia tiene múltiples aplicaciones y seguro que a cada uno nos la han contado para ejemplificar cosas diferentes, pero todas con el mismo trasfondo. La posibilidad de resurgir, de volver a empezar cuando uno cree que está todo perdido, que ha llegado al final del camino.
Es una bonita historia que ayuda a ver una posibilidad en el horizonte, un punto al que dirigirse.
No importa la sensación de derrota que uno pueda tener, no importa lo que haya perdido, también desde las cenizas se puede resurgir con una vida nueva, con un camino por delante para recorrer. Nunca existe el final, solo el volver a empezar.