“No llores, no pasa nada, llorar no va a solucionar tus problemas, cálmate"
Muy al contrario de lo que se suele decir: "Llora,no pasa nada, llorar te ayduará..."
Todos sabemos que reír es bueno, pero y llorar. Llorar o ver a alguien llorar ya no produce la misma sensación, nos apena, nos duele, nos incomoda, nos enfada... Sin embargo, el llanto también es beneficioso para nuestro organismo: el cerebro segrega endorfinas, aumenta el nivel de la adrenalina que ayuda a estimular la imaginación; la dopamina, que favorece la actividad mental; y la serotonina, que posee efectos calmantes y disminuye la ansiedad.
Por lo general, los adultos no solemos expresarnos a través del llanto, lo ocultamos y buscamos la soledad para dejar salir las lágrimas.
El doctor William Frey, del Saint Paul Ramsay Medical Center, en Minessota, asegura que las lágrimas son tan necesarias como las sonrisas, alivian tensiones, suavizan la tristeza y permite que una persona se conozca mejor a sí misma y se relacione de una forma más abierta con los demás.
Normalmente se asocia llanto a debilidad, sin embargo, las lágrimas son un mecanismo de escape y alivio, es un modo de equilibrar las emociones, de reordenar nuestros sentimientos. Cumplen su función vital en el desarrollo humano, y por ello no debemos empeñarnos en callarlas, esconderlas, evitarlas o negarlas.
Es un modo de liberar ese cúmulo de emociones negativas que nos sobrepasan en algún momento de nuestra vida, ayudan al bienestar posterior y se convierten en un aprendizaje sobre el que gestionar nuestras emociones.
Así que en contra de lo que el dicho popular afirma, llorar no nos hace más débiles, al contrario, es más beneficioso, nos refuerza y libera más dejar salir el llanto que contener las lágrimas.