Aunque dicho así pueda sonar un poco raro, a la hora de contratar o seleccionar a alguien para un puesto de trabajo o para integrar en un equipo de desarrollo de un proyecto, intenta siempre por encima de cualquier otra cosa que sea "buena gente".
Normalmente cuando hacemos una entrevista de selección nos fijamos en el curriculum, experiencia, habilidades, competencias, y muy poco en cómo es el candidato como persona, sin embargo, de cara al futuro, deberíamos tenerlo en cuenta, antes incluso que el expediente académico.
Quede claro que cuando nos referimos a "buena gente" no lo hacemos desde un punto de vista moral, sino que nos referimos a ese perfil de personas que se ponen manos a la obra, que se preocupa por hacer las cosas bien, por aprender, por dejar todo bien hecho, limpio, ordenado, por terminar las tareas aunque eso suponga más tiempo y dedicación, por colaborar sinceramente. Es ese tipo de perfil que hace las cosas por sí misma, por su propia voluntad, con un muy alto sentido de la honradez y de la responsabilidad. Les sale sin que nadie les tenga que decir nada. Es su naturaleza.
Aunque habrá quien al leer esto piense que eso de ser "buena gente" es un concepto un tanto inespecífico, relativo y hasta subjetivo, y posiblemente tengan razón, lo cierto es que hay un perfil de personas, que todos cuando las vemos pensamos y describimos como "buena gente", ese es justo el perfil que interesa y que aporta valor y calor humano en las empresas y equipos.
Normalmente, la buena gente, esa que suma de verdad, es por lo general: amable, simpática, alegre, dinámica, activa, comprensiva, flexible, responsable, cordial, atenta, dispuesta, respetuosa, ética, honrada, sencilla, cercana, cálida y no entiende el daño de ninguna de las maneras. Es un perfil que no suele dejarse arrastrar por el mal rollo, el rencor o la envidia. La honradez y el equilibrio son sus valores principales.
Por tanto, si buscamos tener o conseguir un buen equipo, con profesionales o colaboradores que aporten un valor añadido, igual debemos empezar a pensar en términos de " buena gente". No olvidemos mirar a la persona además de sus estudios, habilidades, diplomas o experiencia profesional...
Hay una característica básica que define a la buena gente, y es que suelen hacer fáciles las cosas, y esto se refiere tanto a la ejecución del trabajo mismo, como también a la parte de relación que todo trabajo implica, y es esta última la que suele provocar muchos problemas en el día a día.
Estamos cansados de oír "como profesional es muy bueno, pero ...." , los problemas se gestan en la operativa relacional que todo trabajo implica, y es ahí, que alguien que lo haga fácil aportará un gran valor.