Aprendizaje, según el Diccionario de la Real Academia, significa: "adquirir el conocimiento de algo por medio del estudio o de la experiencia".
En cualquier proceso de aprendizaje la teoría resulta importante y necesaria. No obstante, también insuficiente, ya que para que exista un verdadero aprendizaje se necesita el complemento de la práctica, experimentación y vivencia. Cuando se dan todos los elementos podemos hablar realmente de una experiencia de aprendizaje completa y útil. El aprendizaje ideal pasa por diferentes etapas: retención, comprensión, interiorización, etc. Trabajar solo en la retención de los conceptos no acostumbra a dar buenos resultados. El aprendizaje ha de tener un componente activo y personal marcado.
En la formación de adultos encontramos diferentes metodologías, pero sin lugar a duda, las más potentes son aquellas en las que se fomenta el aprendizaje a través de la experimentación, la propia vivencia y elaboración de los contenidos por parte de los alumnos. El aprendizaje experiencial desarrolla la capacidad de las personas para aprender a partir de su propia experiencia, dentro de un marco conceptual determinado, en el que se deben estructurar diversas situaciones en función de los objetivos que se pretendan alcanzar y del perfil de los alumnos.
David Kolb desarrolló el modelo de «experiential learning», según el cual "una persona puede aprender a través del descubrimiento, donde la experiencia desempeña un papel central".
En el modelo "experiential learning" a partir del diseño de una experiencia concreta, generada con una intencionalidad, de las emociones y del análisis reflexivo se llega a una conceptualización abstracta, así, se aprende a través de la práctica, se asimila mucho mejor el concepto que se trabaja y queda interiorizado de un modo mucho más potente.
El aprendizaje experiencial es un aprendizaje por descubrimiento donde se promueve que el alumno adquiera los conocimientos por sí mismo. Los contenidos han de ser descubiertos progresivamente por los propios alumnos. Se trata de un descubrimiento guiado por el consultor/ formador cuya labor no es explicar contenidos acabados, con un principio y un final claros, sino proporcionar el contexto adecuado para estimular a sus alumnos mediante distintas estrategias.
Entre las ventajas fundamentales de este tipo de metodología de la que hacemos uso como elemento central en todas nuestras formaciones, podemos destacar: