Es bueno pararse a reflexionar sobre cómo nos comportamos con los demás y las repercusiones que nuestro comportamiento tiene en ellos.
El día a día nos come y la presión y el estrés nos hacen, a veces, muy irascibles. Es importante que en todo momento seamos conscientes de cómo tratamos a los que nos rodean y el clima que eso genera.
Muchos conoceréis esta historia que presentamos a continuación, pero por muy conocida que sea, parece necesario que de vez en cuando nos paremos y reflexionemos sobre nuestro comportamiento.
Una parada en el camino que puede mejorar las relaciones y hacer más felices a los que nos rodean y a nosotros mismos.
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