Cuando afrontamos una situación que podemos denominar "problema", puede servirnos de ayuda pensar previamente en qué lugar está nuestra capacidad de control e influencia sobre ella. A grandes rasgos y reduciéndolo a lo elemental, podemos situar a los problemas que afrontamos en nuestro día a día en una de éstas tres categorías:
Muchos habréis leído el libro "El hombre en busca de sentido" de Víctor Frankl. En el relata las difíciles circunstancias que le toco vivir en los campos de concentración nazis en los que perdió a toda su familia en las cámaras de gas. Fue como os podréis imaginar víctima de todo tipo de humillaciones, torturas y sufrimientos difícilmente imaginables.
El mismo relata como cambió su vida el día que decidió que sí podría ejercer control sobre ella a pesar de las circunstancias, que este control estaba en su interior, en la forma en que decidía como le afectaban sus circunstancias vitales, en última instancia tenía la libertad interior de elegir sobre su propia vida.
Este cambio de actitud y la libertad interior que experimentó a partir de ese momento muy probablemente fueron factores determinantes en que consiguiera sobrevivir y sobreponerse a una experiencia vital tan extrema.
En una situación de indefensión absoluta consiguió encontrar la luz y la fuerza, en su determinación para decidir qué le afectaba y que no.
"Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce sufrimiento, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento." Víctor Frankl.
Para mí, el mejor pensamiento que resume de una forma muy clarificadora como afrontar problemas de control inexistente.