El dicho, una imagen vale más que mil palabras se cumple todas las veces.
Hay determinados tipos de emociones que nos sacuden con tanta fuerza que nos dejan literalmente sin palabras que permitan expresar el alcance de lo que sentimos.
Julio Cortázar lo expreso de forma más poética: "Las palabras nunca alcanzan cuando lo que hay que decir desborda el alma".
Este post es un recapitulatorio del trabajo de un artista japonés que ha hecho el ejercicio de dibujar muchas de esas emociones para las cuales no existe una palabra que las defina. Algunas de ellas resultan hasta un tanto violentas por la fuerza de imagen y la evocación de la emoción que puede haber detrás.
El agotamiento nos supera y nos sentimos literalmente sin energía.
Hay momentos en que queremos mantener a toda costa algo que se va.
En ocasiones nos hemos sentido como marionetas.
Hay momentos es que sentimos que nos desmoronamos.
En un mundo contra reloj, esta es una forma algo dramática de representarlo, pero con una gran fuerza.
A veces nos sentimos en una encrucijada y no vemos qué opción tomar.
Y algunas a las que no me atrevo a poner palabras...
A veces, cuando no sabemos cómo expresar algo, proyectar una imagen resultaría bastante ilustrativo.