Hace unos días me volvía a llegar por las redes esta visionaria teoría, que es posible que conozcáis porque vueltas ya ha dado, nuevamente además de resultarme bastante ingeniosa, me ha recordado momentos perfectamente reconocibles en primera y segunda persona del plural.
Se vuelve a constatar cómo el sentido del humor tiene esa extraordinaria capacidad de quitando hierro revelarnos verdades. Verdades que muchas veces negamos, disfrazamos u ocultamos. Quitemos la palabra caballo, y sustituyámosla cada uno por la que le corresponda según su área, negocio o negociado y veamos si encaja o no.
Suerte!! y que el caballo al final siga vivo!!