Intentar usar el término preciso y dar el mayor número de detalles sobre un problema o incidencia suele ser un factor crucial para resolverlo en menor tiempo y de forma exitosa
Quién no ha contestado a la pregunta "¿Dónde quieres que vayamos a comer? ¿Te apetece algo en especial?" con un "no....bueno....donde tú quieras.....", cuando en el fondo te apetece algo en especial y sí tienes decidido un sitio pero has pensado que sería más bonito que lo adivinasen y cuando, como es de esperar, no resulta lo que pensabas sientes tristeza frustración o incluso enfado.
El otro día me llamó una amiga bastante enfadada. Me contó que acababa de salir de la peluquería, resulta que el peluquero le preguntó como quería cortarse el pelo, ella le dijo que le daba igual, que él era el experto. Además de cortar demasiado le puso flequillo. Ella odia el flequillo y encima no quería llevarlo tan corto. Me dijo que nunca volvería allí, que eran unos incompetentes. Me pregunté dos cosas: una por qué no le dijo de antemano que no quería ni flequillo ni cortarse demasiado; qué le ha llevado a generalizar llamando a todos los trabajadores de la peluquería incompetentes si sólo le ha atendido uno, y éste ha seguido su indicación que era hacer lo que quiera.
Creo que es un comportamiento que en mayor o menor medida todos tenemos en determinadas ocasiones: no expresarnos correctamente o no dar detalles esperando que nuestro interlocutor nos adivine el pensamiento y reaccione tal y como nosotros esperamos.
Como desarrolladora de software suelo encontrarme con problemas difíciles de resolver y en muchas ocasiones requiero la ayuda de alguno de mis compañeros. La solución a mis dudas dependerá en gran medida de lo específica que sea en la exposición del mismo. Lo mismo pasa cuando un cliente nos llama para notificar un comportamiento erróneo de una aplicación o para pedir una funcionalidad, cuanto más específico sea y más información nos aporte de cómo y cuando se produjo el error o de cómo y cuándo necesita ese cambio, más rápidos y efectivos seremos.
En este último caso no debemos dejar toda la tarea al cliente si no que como profesionales es nuestra obligación obtener toda la información antes de presentar una propuesta, implementar unos cambios o arreglar errores de funcionamiento. Pero este es un concepto a poner en práctica en cualquier ámbito, para mejorar nuestras relaciones personales y no sentir decepción o frustración cuando los otros no se anticipan a nuestras preferencias o problemas. ¿Qué pensáis vosotros?