Existe una gran cantidad de aprendizaje que está al alcance de nuestra vida, y a veces lo dejamos pasar sin dedicarle al menos un pensamiento.
Nuevamente no he podido evitar haceros llegar un simpático e ilustrativo vídeo que refleja muy bien los aprendizajes que se derivan de nuestro día a día, y que en muchas ocasiones dejamos pasar, perdiendo con ello una gran oportunidad de mejora, superación y crecimiento.
El vídeo recoje una serie de mensajes que como vereis esconden una gran verdad.
Los mensajes:
Gana el que se divierte y está dispuesto a perder. Disfrutar con lo que se hace y aceptar la posibilidad del fracaso como algo natural y parte del proceso de aprendizaje es una gran lección que todos debemos aprender.
Todo lo que se empuja vuelve, con la misma fuerza con que yo lo empujé. Aceptar el hecho de que nuestros actos implican reciprocidad en los actos de las personas que nos rodean es algo sobre lo que deberíamos trabajar, ya que con ello evitaríamos sorpresas con respecto a como los demás actuan con nosotros.
La cuestión del sube y baja, es importante, ya que alto y bajo es relativo al momento y al lugar. Estamos arriba o abajo dependiendo del momento y del entorno. En un momento de nuestra vida somos jefes y en otro colaboradores.
No es más valioso el de arriba y no es despreciable bajar. Estar arriba o abajo son momentos en la vida, es conveniente no olvidar que no es mejor ni peor ninguna de las dos posiciones , relativizar estos hechos nos proporciona una gran libertad y seguridad.
Siempre habrá alguno más alto y alguien más bajo también. Nuestra posición es un concepto totalmente relativo, obviamente siempre sea cual sea nuestro lugar habrá alquien por encima y por debajo también.
El que se compara sufre y no puede disfrutar. La comparación es una acción que sólo tiene utilidad como parte del proceso de aprendizaje, como elemento de incentivación y mejora, es totalmente inútil como fin en sí mismo. No hay mayor garantía de frustración que vivir comparándose con los demás.
No es sano vivir midiendo quien tiene más o menos. Valorar lo que uno tiene, a partir o en relación a lo que tienen los demás es un gran error, ya que sólo supone sufrimiento y frustración. Tal vez una de las grandes lecciones es aprender a valorar lo que cada uno tiene independientemente de lo que tengan los demás, esto nos pone en el camino de la satisfacción personal.
No te hace grande lo que tienes, te hace grande lo que dás. Lo que realmente habla de cada uno de nosotros son nuestros actos, no aquello que poseemos. Lo que haces habla más de ti que lo que dices y lo que tienes.
No dejes que te confundan, no es sólo importante llegar. Lo verdaderamente importante y valioso de lo que hacemos no son los resultados que conseguimos, sino el camino que recorremos para alcanzarlos.
En lugar de pelear es importante escuchar. La actitud de escucha y de intentar comprender al otro, son dos de las grandes habilidades que deberíamos esforzarnos en utilizar de forma habitual. Si así fuera, gran parte de los conflictos en los que nos vemos envueltos serían mucho más fáciles de resolver.
Para hacer un gran castillo, asegúrate que todos pueden su granito de arena sumar. La mejor manera de construir grandes cosas es aprender a buscar y valorar la aportación que cada uno puede hacer a los proyectos comunes. Buscar lo positivo que cada uno puede ofrecer aporta un enorme valor al esfuerzo y trabajo conjunto.
y sin duda mi preferida: No persigas a las palomas porque se pueden asustar, comprende lo que aman y a tu lugar vendrán.
Busquemos la motivación de las personas, lo que les mueve, lo que les interesa, lo que les inspira, lo que les hacer sentir más importantes, más significativos, más relevantes, etc, si encontramos ese resorte, sin duda el motor de la acción estará en ellos mismos y no será el entorno el que los arrastre en sus acciones.