Es de bien nacidos ser agradecidos

"Es de bien nacidos ser agradecidos", cuántas veces habré oído a mi padre decir esto.

Sin embargo, tanto en mi vida personal, como profesional, me he encontrado con infinidad de ocasiones en donde ya no sólo no se produce el agradecimiento, sino que hasta al contrario, puede llegar a aparecer la crítica y el reproche en su lugar.

Es difícil comprender porqué cuesta tanto decir "gracias", cuando es una de las primeras cosas que nos enseñan. Apenas empezábamos a hablar nuestros padres nos enseñaron a dar la gracias,  ahora nosotros hacemos lo mismo con nuestros hijos, sin embargo, conforme vamos creciendo parece que esa competencia se va perdiendo.

Hay incluso situaciones en las cuáles alguien hace algo por otro, y este último, no sólo no lo agradece, sino que incluso parece molestarse "si yo no te he pedido que hicieras nada".

Es difícil comprender tales comportamientos y reaccionar de forma positiva, ya que cuando hacemos algo que creemos es bueno, esperamos una palabra, ya no de reconocimiento, pero sí, al menos, de agradecimiento.

Dar las gracias es un comportamiento muy simple, pero con un alto impacto en el comportamiento del que lo recibe.

Hay también quien por  posición,  siente  que los demás no hacen mas que lo deben hacer, no hay nada que agradecer.

Un gracias dicho a tiempo falicita la comunicación,  abre puestas al diálogo y la expresión de necesidades y deseos, a la motivación y al esfuerzo.