Fusión de dos etapas vitales: la adolescencia y edad adulta.
Los que andan a la búsqueda de tendencias sociales descubren todo tipo de patrones de comportamiento que a muchos, aunque los intuyamos no dejan de sorprendernos. En esta tendencia de clasificar a los grupos sociales y poner etiquetas según sus comportamientos he descubierto el perfil del "adultescente".
Al parecer los adultescentes son aquellas personas que se niegan a abandonar la adolescencia. En Taiwan se los llaman "solteros parásitos, en EEUU kidults (niños adultos). "nidicolas" en Alemania, todos hacen referencia a lo que conocíamos hasta ahora como "Síndrome de Peter Pan"
Su edad oscila entre 25 y 35 años. Muchos son profesionales exitosos, consumistas narcisistas pendientes de la moda, tienen independencia económica, viajan, se divierten y buscan mantener su aspecto juvenil.
Parece que son varios los factores sociales que conllevan a este "nuevo perfil", la crisis económica, la falta de inserción laboral, un ambiente facilitador y sobreprotector, la extensión de la educación y la disolución de los límites generacionales, que muestran a la niñez cada vez más corta y a la adolescencia, más larga. A veces va acompañado, por el lado de los padres, del "Síndrome del Nido Vacío" (padres que se angustian con la separación de los hijos). Los hijos encuentran amparo y los padres siguen teniendo a quién cuidar.
Hay quien vincula este tipo de comportamientos con la sociedad del ocio, la irresponsabilidad y una adolescencia cada vez más prolongada, de jóvenes que continúan viviendo bajo el techo de los padres. Otros adjudican el estilo de vida kidult al joven empresariado y los altos ejecutivos que desean encontrar actividades que los alejen del estrés de la vida laboral.
Lo que parece más claro es que la generación kidult corresponde a adultos con poder adquisitivo que, por la razón que sea, presentan hábitos de consumo que pueden ser considerados infantiles o adolescentes.
La verdad es que así en la distancia, no sé si ponerme del lado de este tipo de personas que deciden vivir su vida como se les antoja, o escandalizarme al ver lo que otros han etiquetado como comportamientos infantiles y adolescentes, todo dependerá del extremo al que se lleven las cosas. Lo que está claro y por encima de cualquier etiqueta es que el mundo cambia a velocidad vertiginosa, y con el cambian las personas en su gustos, intereses, motivaciones, inquietudes, tendencias ,formas de ver, entender y relacionarse con lo que ocurre a su alrededor, generando a veces comportamientos que se alejan de lo que es esperable.