Quiero creer que voy a mirar este nuevo año como si fuese la primera vez que desfilan 365 días ante mis ojos. Paulo Coelho
Las personas que hoy en día tenemos la suerte de poder realizar un trabajo a cambio de un salario las podemos agrupar en tres categorías. Las que ya se han tomado las vacaciones de Navidad y hoy han comenzado a trabajar, las que se toman de vacaciones esta semana y todas las demás (categoría esta última que va destinada a contemplar todas las casuísticas posibles para que nadie se sienta excluido).
Yo me encuentro entre los que comienzan a trabajar hoy y me encuentro entre la depresión de vuelta de vacaciones y el optimismo que requiere plantear los nuevos propósitos para este año. He pensado en retrasar un poco la selección de mis propósitos para este año 2013, ya que en estos momentos... puff!, me hubiera quedado en la cama, por supuesto sin dormir, porque estaría pensando en que tengo que "regresar".
Sin embargo, da la coincidencia que tengo que escribir el primer post del año. Un post que leerás tú, nuestros clientes, amigos, familiares y colaboradores. ¿Cómo voy a escribir el primer post del año sin propósitos? ¿Cómo voy a reflejar mi visión de comienzo de año que ahora mismo tiene forma de rampa con una pendiente que oscila entre el 10% y una pared vertical para practicar la escalada? De hecho todas las tareas que me vienen ahora mismo a la cabeza para comenzar el 2013 tienen forma de "escalada", es decir, una actividad que consiste en realizar ascensos sobre paredes de fuerte pendiente valiéndose de la fuerza física y mental propia.
Me viene a la memoria el chiste de: "- Mamá, no quiero ir al colegio. - Hijo tienes que ir al colegio. - ¡Mamá, que no quiero ir al colegio! - Hijo, tienes que ir al colegio, ¡porque eres el Director!".
Pues eso, este año soy el encargado de escribir el primer post y de desear lo mejor para el 2013, de transmitir ilusión, fuerza, ganas y entusiasmo para que el 2013 esté lleno de buenos momentos, perdón, para que seamos capaces de construir en el 2013 muchos buenos momentos. No creo que podamos a esperar que el mercado, los políticos o cualquier otra entidad, organismo, individuo físico o jurídico, nos regalen esos momentos de felicidad. Vamos a tener que construirlos nosotros.
Así que, a pesar de mi "depre" post vacacional e iniciática, me pongo en pie, me concentro en mi responsabilidad de ser constructor de "ánimo" para los que están a mi alrededor y escribo un post de esos que después de leerlos dices "¡Sí señor! vamos a hacer de este año un gran año".
Y mi deseo para este 2013 es que cada uno de nosotros pensemos en quién nos ha elegido, directa o indirectamente, para ser su creador de buenos deseos para el 2013. E, independientemente de nuestro estado, seamos conscientes de nuestra labor en este comienzo de 2013 para, al menos, una persona de nuestra vida.
Por todo ello, y como elegido para abrir el año, con mi mejor sonrisa, entusiasmo y ganas, te deseo un feliz año 2013 y te digo: "todo va a ir bien".