Compromisos para el nuevo ano

Comienza un nuevo año, y con él los grandes propósitos que solemos hacernos todos en esta época: comenzar un régimen, superar y dejar atrás algún vicio, hacer más deporte, apuntarnos a yoga, comer de forma más saludable, aprender inglés, enfadarnos menos, reírnos más, tomarnos las cosas menos a pecho, cuidar más de la familia, viajar y un larguísimo etc. en el que cada uno ponemos sobre las mesa nuestros deseos.

Este, es el momento de año en que quizá con más honestidad reconocemos y encaramos todo aquello que queremos cambiar o hacer de manera distinta en nuestras vidas. Es un momento de mirada franca y compromiso sincero. El único problema, es que el día a día, como un mar embravecido, con sus olas, nos aparta de la orilla a la que queremos llegar. Muchos se esfuerzan, luchan y persisten en su intento, alcanzando la orilla deseada. Otros muchos, fracasan y se dejan arrastrar otra vez a la orilla en el que no desean estar.

Y así, cada fin de año y cada año nuevo.

Sucede a veces que hechos vitales nos sacuden de tal forma que nos obligan a un cambio por el camino más difícil.

A las puertas de estas fiestas, yo misma experimentaba una pérdida inesperada que me produjo una gran tristeza. Y en ese mismo instante no pude evitar pensar, la cantidad de tiempo que a veces perdemos olvidado que lo que hoy está, mañana puede no existir. Vivimos con una sensación de permanencia que es del todo equivocada. Pensaba también, la gran tranquilidad que el corazón siente cuando los pensamientos descansan en la idea de que uno ha hecho todo aquello que estaba en sus manos. Es tan importante para seguir viviendo despojarse del remordimiento  al que te esclaviza el pensamiento del "debería haber hecho " o "debería haber dicho".

Puesto que nadie sabe, o en muchas ocasiones no podemos saberlo, cuándo nos enfrentaremos a estos momentos de pérdida, mi propuesta es que en estos deseos para el nuevo año, en esos propósitos, no olvidemos incluir un espacio para no dar cabida al remordimiento futuro, asentado en el deseo de haber querido hacer las cosas de otra manera. Adquiramos, al menos en esto, un compromiso firme que nos proporcionará calma cuando prácticamente nada podrá hacerlo.

Aunque la pérdida forma parte del clico de vida, estamos poco preparados para afrontarla,  este afrontamiento será tanto más fácil cuanto más seguros nos sintamos de que aun sabiendo que la pérdida está próxima, no habríamos hecho las cosas de otra forma. Nuestro comportamiento es aquel que nos hubiese gustado tener.

Aunque ésta reflexión pueda parecer un poco triste, creo que no hay mejor forma de comenzar un nuevo año , que con el compromiso firme de la superación personal, cerrando lo más posible las puertas a cualquier tipo de  arrepentimiento futuro. Miremos al nuevo año con determinación y marquemos la ruta del camino que relamente desaemos recorrer.