Mientras no hay confirmación de que la otra persona ha recibido el mensaje, no hay comunicación.
"- Pues falleció el padre de Manuel. - Pero ¿qué me dices? ¿Cuándo ha sido? - El pasado martes. Si te envié un whatsapp. - Pero si no me funciona. No recibo mensajes desde hace días. - Pues vaya. Ya me parecía raro que no me dijeras nada." Hay temas que a uno no se le ocurren que merezca la pena escribir sobre ellos por sobresabidos. Como por ejemplo, nunca se me ocurriría hablar sobre el esquema básico de comunicación: emisor, receptor, mensaje, etc. Pero vaya, con tanta tecnología, se nos olvida que no hay comunicación hasta que el emisor no recibe confirmación del receptor. Haz memoria, cuántas veces han dado por supuesto que te has enterado de una reunión, un evento, un dato, etc., porque te lo han enviado por whatsapp, email, sms, post-it, o cualquier otro elemento con nula visibilidad de la recepción del mensaje. Mientras no hay confirmación de que la otra persona ha recibido el mensaje, no hay comunicación. No demos por supuesto que la otra persona lo ha recibido. |
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Vamos a ver, si cuando me hablas y no te miro, me llamas la atención para que te mire, al tiempo que me dices "¡Escucha!" porque no tienes feedback suficiente de mi recepción, porque te aseguras de que tu mensaje llegue hasta mí por encima del ruido. ¿Cómo me mandas un whatsapp y das por concluido la comunicación sin esperar un "ok", "vale", "oido cocina", "gracias", "ya me lo has dicho cien veces pesao/a"... El alto número de elementos para comunicar con los que contamos hoy en día ha aumentado el número de casos de no-comunicación en su misma proporción. Porque mientras yo no te diga "recibido", me da igual que me hayas enviado un sms, publicado en mi foro de facebook, escrito en el messenger, whatsappeado o maileado. |