Sin duda la capacidad de superación del ser humano va más allá de lo imaginable.
Una de las cosas que más me ha sobrecogido siempre, es la capacidad que tiene el ser humano de sobreponerse al sufrimiento, de aguantar y soportar situaciones que con sólo pensarlas se nos encoje el corazón y la razón se nos nubla.
Muchos de nosotros, desde nuestras vidas más o menos fáciles, o más o menos difíciles, miramos como espectadores, vidas y realidades ajenas, ante las que apartamos la mirada, por la incomodidad que nos supone ver de frente la angustia, el dolor, la tristeza, la desesperanza, el sufrimiento en letras mayúsculas, porque no sabemos que decir, sentir o cómo actuar, más allá de una palabra de consuelo que suena repetitiva en quien la oye.
El vídeo que os traigo, es una de esas historias que sobrecogen, en la misma medida que despiertan nuestra más absoluta admiración, al pensar como alguien es capaz de superar y luchar de esa forma.
No quiero hacer demagogia, ni tampoco entrar en ningún análisis simplista relacionado con la superación y demás, simplemente volver a manifestar mi inmensa admiración ante la capacidad de sufrimiento y valentía de algunos seres humanos, ante los que sin ningún género de dudas me siento cobarde y temerosa.
Me impacta ver la sonrisa de estas personas que han pasado y siguen pasando por situaciones que ni me atrevo a imaginar. Me pregunto, cómo es posible que sonrían, aunque por otro lado, qué otra opción tienen.
El vídeo es uno de esos, que un día te llega vía correo o whatsapp y más allá del hecho puntual de la aparición del protagonista en un programa bastante conocido de TV, para mí, lo que cuenta es la historia que hay detrás, lo que esa sonrisa cuenta, lo que las lágrimas que es capaz de arrancar dicen, y lo que cada uno sea capaz de arrastrar a su propia vida relacionado con la superación, lucha, coraje, oportunidad y valentía.
Una sonrisa puede reflejar muchas cosas, entre ellas, muchas barreras superadas y muchas metas conseguidas.