Efecto cóctel
El efecto cóctel hace referencia a la capacidad que tiene el ser humano para centrar la atención en un estímulo concreto aunque la persona esté expuesta a muchos otros. En este fenómeno están implicados aspectos tanto psicológicos (la relevancia que ese estímulo tiene para nosotros) como neurológicos (la capacidad del cerebro de filtrar dichos estímulos).
El nombre proviene de la capacidad de prestar atención al discurso de una sola persona en medio de una habitación llena de ruido. De hecho, un efecto muy habitual es que seamos capaces de distinguir nuestro nombre cuando alguien lo menciona en medio del ruido de una fiesta.
El efecto cóctel se estudió por primera vez en 1953. En este experimento, se presentó a una serie de sujetos un audio en el que se escuchaban simultáneamente dos mensajes distintos dichos por una misma persona. Se pedía a los sujetos que se centraran en uno de los mensajes y lo escribieran.
En la primera situación, ambos mensajes se oían simultáneamente por ambos canales auditivos. En este caso, a los sujetos les resultaba muy difícil realizar la tarea.
En una segunda situación, cada mensaje se escuchaba por un oído distinto. En este caso, los sujetos no tenían ningún problema para realizar la tarea.
Este experimento fue el inicio de los estudios sobre atención selectiva y demostraron la capacidad que tiene el cerebro humano para atender a un estímulo, ignorando de tal modo el resto que los sujetos no eran capaces de identificar ni una frase del otro mensaje (ni siquiera sabían en qué idioma estaba o si empezaba hablando un hombre y acababa una mujer).
