Durante la acción formativa, y gracias a las incombustibles "ganas" de los participantes, fuimos capaces, juntos, de crear un espacio de juego, experimentación y reflexión.
En este espacio de trabajo reivindicamos el papel del optimismo en nuestras vidas y su valor como impulsor de cambios.
Los participantes obtuvieron claves útiles para transformar su estilo de pensamiento, reencontrarse con los valores que sustentan su motivación en el trabajo, transformar sus creencias limitadoras del cambio en otras impulsoras del mismo y lograr mayor influencia y proyección en sus entornos de trabajo para mejorar el clima de sus equipos.
Para ello, a lo largo de las dos jornadas formativas se abordaron los siguientes contenidos:
Desde NM queremos agradecer a todos los participantes su generosidad y su apertura: sin sus experiencias, inquietudes y reflexiones no hubiéramos logrado el éxito.
"La cualidad más valiosa de nuestro optimismo es una enorme y probada utilidad a la hora de hacer frente a la adversidad de la vida".