La Evolución Personal a través de las Etapas

Nos encontramos en esa época del año en la que acostumbramos a reflexionar sobre nuestros propósitos. Es un momento en el que muchos de nosotros nos planteamos metas y deseamos mejorar aspectos de nuestra vida. Sin embargo, es importante recordar que tomar la decisión de cambiar es solo el primer paso y, en realidad, no siempre es suficiente para lograrlo. A menudo, nos quedamos atrapados en la etapa de "querer cambiar" y no avanzamos más allá.

El cambio y la transformación son conceptos que forman parte de nuestra naturaleza humana, pero en la práctica, cambiar un comportamiento o una actitud puede resultar una tarea desafiante. Algunas transformaciones suceden sin que nos demos cuenta, mientras que otras parecen inalcanzables y nos cuesta avanzar hacia ellas. La gran pregunta que todos nos hacemos es: ¿qué necesitamos para cambiar nuestras actitudes o comportamientos?

Debo reconocer que el cambio es difícil para la mayoría de nosotros y a menudo experimentamos una resistencia natural hacia él. Lograr un cambio duradero rara vez es un proceso sencillo, y generalmente implica un compromiso significativo de tiempo, esfuerzo y emoción. Para que se produzca un cambio real en nuestra conducta, actitud o comportamiento, es fundamental que se cumplan algunos requisitos clave:

1. Tener el sincero deseo de hacerlo: Esto implica sentir una profunda motivación interna para cambiar. Sin el deseo genuino de cambiar, es difícil encontrar la fuerza necesaria para avanzar.

2. Saber cómo hacerlo: Debemos contar con el conocimiento y las habilidades necesarias para llevar a cabo el cambio. Comprender cómo hacerlo es esencial para dar los pasos adecuados en la dirección correcta.

3. Disponer de la oportunidad de hacerlo: Esto significa tener la posibilidad y el control sobre las circunstancias que nos rodean. Sin la oportunidad adecuada, incluso el deseo y el conocimiento pueden no ser suficientes.

4. Tener la voluntad para hacerlo: Requiere una fuerte determinación y compromiso personal. La voluntad de esforzarse y perseverar es crucial para mantener el impulso necesario a lo largo del proceso de cambio.

Existe un modelo llamado "Modelo de etapas de cambio" o "modelo transteórico" (Prochaska 1979) que describe cómo las personas pasamos por diferentes etapas en el viaje hacia el cambio. Estas etapas incluyen:

• Pre-contemplación: En esta etapa, a menudo no somos conscientes del problema o negamos sus consecuencias.
• Contemplación: Aquí reconocemos el problema y comenzamos a considerar seriamente tomar medidas, aunque aún no estamos comprometidos por completo.
• Preparación: En esta etapa, ya tenemos la intención de cambiar pronto y es posible que hayamos intentado previamente, aunque de manera irregular.
• Acción: Es el momento en el que realmente empezamos a cambiar nuestra forma de pensar y actuar para superar el problema.
• Mantenimiento: Durante esta etapa, nos esforzamos por mantener el cambio a largo plazo.

Este modelo muestra que el cambio no es un proceso sencillo ni rápido. Más bien, es un viaje gradual que puede incluir recaídas y desafíos en el camino. Reconocer en qué etapa nos encontramos puede ser de gran ayuda para enfocar nuestro esfuerzo de manera efectiva en el proceso de cambio.

El cambio es un camino que debemos recorrer con paciencia y determinación. Cada pequeño paso nos acerca un poco más a la transformación que deseamos lograr. Así que, ¡sigamos adelante con nuestros propósitos y no perdamos de vista nuestro destino! El compromiso y la determinación de logro serán las grandes palancas que no debemos soltar.