El Sr. Buenos Días

Cuando necesitamos una persona para sacarnos una sonrisa.

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Patricia Lanza

 

Amado López tiene 91 años y vive en Paterna (Valencia). Todos los días, sin excepción, va al ayuntamiento de su ciudad y se sienta en una mesa de la entrada con un único objetivo: dar los buenos días a todas las personas que entran. A pesar de estar jubilado, respeta su jornada de 10 a 13, en la que reparte saludos y sonrisas.

Cuando se le pregunta el porqué de su rutina, el Sr. Buenos días ("el senyor bon dia"), como se le conoce en el Ayuntamiento, lo tiene claro: se dio cuenta que las personas entraban y salían a diario, y nadie saludaba ni mostraba ni una mínima sonrisa. Su función dice ser, "humanizar" nuestra vida, poner una sonrisa en la boca.

Y es que el ritmo de vida que llevamos, el estrés, las multitudes... nos han hecho perder buenas costumbres y tan sencillas como el saludar al encontrarnos con otras personas.

 

Es increíble la cantidad de organizaciones que han detectado la necesidad de formar a sus empleados que están de cara al público en algo tan básico como "poner una sonrisa". Nos cuesta una barbaridad y los motivos son variados. Así, cuando analizamos el comportamiento de las personas que atienden al cliente y preguntamos por qué no se sonríe más, nos encontramos con respuestas variadas:

  • "Vamos tan deprisa que no tenemos tiempo ni de mirar a la cara al otro"
  • "Con lo quemado/a que estoy, ¿quién tiene ganas de sonreír?"
  • "Por lo que me pagan, bastante que haga mi trabajo, como para que además tenga que hacerlo de buena gana"
  • Etc.

Esto nos hace preguntarnos qué clase de sociedad estamos creando en la que sonreír se ha convertido en un esfuerzo, en un plus que nuestra empresa debe pagarnos. Por tanto, es obvio que si ese es nuestro concepto, difícilmente lo vamos hacer en nuestra vida privada.

Así que está claro que la formación en este aspecto no se puede limitar a buscar un cambio de comportamiento, sino que debe ir dirigida a modificar actitudes y paradigmas muy arraigados. Actitudes y paradigmas que todos deberíamos plantearnos y, a lo mejor, algún día no necesitaríamos los servicios del Sr. Buenos días.

 

"Una sonrisa significa mucho. Enriquece a quien la recibe, sin empobrecer a quien la ofrece. Dura un segundo pero su recuerdo, a veces, nunca se borra"
(Anónimo)

 

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