Alta exigencia, alta probabilidad de bloqueo por ansiedad.

 

La ansiedad ejerce un gran impacto sobre nuestro rendimiento.

Bookmark and Share

Nuria Fernández López

Los actuales juegos olímpicos que se están celebrando en Tokio nos permiten comprobar como cuando la ansiedad se dispara puede llegar a bloquearnos por completo, con consecuencias tan importantes que pueden truncar los esfuezos, dedicación y años de trabajo.

Por citar algún ejemplo de entre los muchos deportistas que se han visto paralizados por la ansiedad o la depresión:

Simone Biles, gimnasta olímpica, se retira de los Juegos Olímpicos para cuidar su salud mental”. Biles admitió que se sentía presionada, recordó que los deportistas son personas por cuya salud mental hay que velar y señaló que no había podido hacer el salto que tenía preparado debido a su estado emocional.

La tenista japonesa Naomi Osaka, número dos del mundo, se retira del torneo de Roland Garros. Osaka reveló que había sufrido "largos episodios de depresión" por la ansiedad que le generaba tratar con los medios de comunicación. Asegura que siente "enormes oleadas de ansiedad" antes de presentarse ante los medios.

Michael Phelps, figura en la historia mundial de la natación con 28 medallas olímpicas, y coronado como el mejor de todos los tiempos, ha expresado: “soy alguien que ha pasado por al menos tres o cuatro períodos de depresión fuerte después de los Juegos y llegué a poner mi vida en peligro”.

Es común que los deportistas sufran ansiedad y depresión debido a la presión social y mediática,  la continua exigencia y obsesión por ser la mejor versión de sí mismos y estar a la altura de las expectativas. En estos casos es posible que estos deportistas, a pesar de su esfuerzo y dedicación, vean como su rendimiento físico en el momento de la competición disminuye, lo que acaba provocando miedos, inseguridad y ansiedad.  Por otro lado, la necesidad de control puede desencadenar también una espiral de ansiedad. “Rafael Nadal ha comentado que cuando sufrió de ansiedad, no lograba mantener el control, ni siquiera de su respiración”.

La conocida Teoría de la U invertida nos permite ver de forma muy gráfica como “activación” y “rendimiento” se relacionan. Existe una relación positiva entre ambas variables hasta un punto en el cual cuando la activación es excesiva, el rendimiento empieza a verse afectado. El esfuerzo exagerado de cumplir con todas las exigencias puede poner al deportista bajo la influencia de un gran nivel de estrés, es decir, una gran activación, que acaba impactando en su rendimiento.

 

 

Muchas investigaciones han evidenciado como competir con altos niveles de ansiedad o estrés, resulta muy perjudicial para el rendimiento, debido a sus efectos negativos en la atención, en la concentración, en el control del pensamiento, en la motivación y la merma en la autoconfianza.

Entre los síntomas físicos más frecuentes están:

1.       Sequedad en la boca.

2.       Palpitaciones, opresión torácica.

3.       Respiración rápida, dificultad respiratoria, falta de aire.

4.       Temblores en las manos y en los pies.

5.       Sudoración excesiva.

6.       Mareos, vértigos,

7.       Disminución de los reflejos.

8.       Rigidez.

9.       Dolores musculares.

10.  

Aunque la ansiedad y el estrés afectan de forma muy importante a los deportistas debido a los altos niveles de exigencia exterior e interior, tanto la ansiedad como el estrés son dos problemas muy extendidos que afectan a muchas personas y que condicionan y limitan no solo el rendimiento, sino todos los aspectos de la vida.

 

Grupo Finsi | NM formación y consultoría | Davinchi