El valor de las emociones positivas

Las investigaciones parecen indicar que a mayor satisfacción personal, mayor productividad.

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Nuria Fernández López

Hace poco leía un artículo que trataba de dilucidar si, a mayor  satisfacción laboral mayor felicidad o por el contrario, a mayor felicidad mayor satisfacción laboral.

Vivimos en un mundo en donde se han potenciado más las competencias intelectuales de las personas que las competencias socioemocionales. Por suerte,  la investigación en psicología lleva años manifiestando la gran importancia de estas competencias emocionales.

La psicología positiva, cuyo precursor es Martin Seligman, está enfocada a lograr el máximo desarrollo de esas competencias socioemocionales, enfocadas a mejorar la calidad de vida  y a prevenir la aparición de patologías. Experimentar emociones positivas nos prepara para afrontar momentos difíciles en el futuro y facilita el desarrollo de formas de pensamiento creativas que amplían nuestra capacidad de afrontamiento.

Muchas investigaciones han demostrado  que la positividad se relaciona con formas de pensamiento más flexibles y abiertas, lo que posibilita integrar mayor cantidad de información. Hay incluso investigaciones que demuestran como los estados emocionales inducidos viendo comedias, por ejemplo, facilitan la solución de problemas, a partir de fomentar  asociaciones novedosas y combinaciones inusuales de elementos. 

Otro de los efectos que se le han atribuído a las emociones positivas es el de mejorar la capacidad de afrontamiento frente a situaciones difíciles, contribuyendo a hacer más resistentes a las personas, aumentando así su resiliencia. 

También la psicología ha demostrado la fuerte relación existente entre emociones positivas y sistema inmune. Está comprobado experimentalmente que las ordenes enviadas al cerebro dependen del estado de ánimo. Influyendo, por este mecanismo, nuestro estado de ánimo de forma directa en nuestra salud. Los estados de ánimo positivos envían al sistema inmune el mensaje de estar alerta. Cuando el estado de ánimo es negativo parece que se produce una cierta dejadez y las propias defensas se relajan, lo que explicaría la mayor incidencia de ciertos problemas de salud tales como resfriados, herpes, úlceras,etc.

Los estados de ánimo positivos no sólo afectan a la salud, sino también a las relaciones con los demás. Las personas con estados de ánimo positivos suelen ser apreciadas y tener, por tanto, mayor apoyo social, lo que acaba incidiendo de forma directa en su autoestima, confianza, seguridad, habilidades que fomentan la iniciativa, la creatividad, la solución de problemas, la disminución de tensiones, por no hablar de la reducción de absentismo laboral y bajas. 

 

¿A mayor satisfacción laboral mayor felicidad o a mayor felicidad mayor satisfacción laboral?

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