Llama a la necesidad

"Nuestros momentos de más lucidez suelen tener lugar cuando nos sentimos profundamente incómodos, infelices o insatisfechos. Pues es en estos momentos, empujados por nuestra insatisfacción, cuando salimos del camino trillado y empezamos a explorar maneras diferentes de hacer algo o respuestas más certeras" (M. Scott Peck)

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Patricia Lanza

 

El otro día me enviaron unas fotos. Cuando las vi no pude evitar acordarme de una frase que me repetía mi abuela cada vez que le decía que no podía hacer algo. Ante mis "No puedo", su respuesta era siempre: "Pues llama a la necesidad".

 

 

Supongo que es lo que tiene haber pasado una guerra o cualquier otra situación de carestía: que se te agudiza el ingenio o, al menos, aprendes que muchas dificultades no son tan grandes como parecen. Aprendes a sacar de donde no hay.

Porque es fácil acostumbrarse a lo fácil. A la mayoría de nosotros nos vienen las cosas dadas y olvidamos lo que conlleva tener que esforzarnos para conseguir algo. Esto puede suponer una suerte pero nos impide desarrollar nuestra creatividad.

A nadie le gusta que le saquen de su zona de confort, pero es sólo cuando traspasamos esa frontera cuando sale lo mejor de nosotros.

No quiero caer en la demagogia, sobre todo ahora, en estos momentos tan difíciles para muchos, de decir que es una suerte enfrentarse a situaciones complicadas. Pero no es menos cierto que las dificultades nos obligan a agudizar el ingenio y buscar nuevas y mejores soluciones a los problemas.

Si aplicamos esto a nuestro día a día seguro que reconocemos un montón de situaciones que llevamos a cabo de forma rutinaria. Nos va bien y no vamos a negar que sea cómodo, pero no es hasta que se nos presenta un problema cuando ponemos a trabajar nuestra imaginación y aparecen soluciones nuevas, creativas... mejores.

Cuántas veces, en nuestro trabajo, llega un proyecto que parece imposible, o uno similar a otros veinte anteriores pero que presenta un escollo aparentemente insalvable, y es en esa ocasión en la que, llamando a la necesidad, descubrimos nuevos caminos, logramos crecer, mejorar, subimos el listón.

Quizás no sea la mejor solución del mundo (sólo hay que echar un vistazo a las fotos), pero a lo mejor es una buen solución, la mejor posible.

Así que cuando te enfrentes a un problema, antes de tirar la toalla o aferrarte a las alternativas usuales, llama a la necesidad y deja que ella te inspire. 

 

 

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