Momentos diferentes, voluntades distintas

Voluntad (del latín voluntas) es la potestad de dirigir el accionar propio. Se trata de una propiedad de la personalidad que apela a una especie de fuerza para desarrollar una acción de acuerdo a un resultado esperado.

 

 

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Nuria Fernández López

 

Cuando enfrentamos un proyecto personal o profesional todos somos conscientes de la importancia que la voluntad tiene en el éxito del mismo. En muchas ocasiones nos referimos a la "fuerza de voluntad" como aquello que nos empuja desde el interior para afrontar retos, superar obstáculos, cumplir objetivos y compromisos, etc. Sin esa "fuerza de voluntad" estaríamos anclados en la inactividad ya que no tendríamos el empuje necesario para comenzar, desarrollar y finalizar una acción. Aunque hablamos de voluntad en un sentido general, para conseguir un propósito son necesarias distintos tipos de voluntades según el momento de la acción: inicio, desarrollo, superación de obstáculos y finalización.

Muchas veces hemos visto fracasar proyectos personales o profesionales, tanto propios como ajenos, porque en alguna de las fases, etapas o momentos del mismo, no hemos empleado el tipo de voluntad que el momento requería.

Los expertos hablan de que existen distintos tipos de voluntades en el camino hacia el éxito y el logro de un proyecto, todas ellas necesarias para alcanzar los objetivos propuestos.

Voluntad para empezar algo: este es el primer tipo de voluntad que necesitamos cuando enfrentamos una tarea. Por si sola no es suficiente para alcanzar una meta, pero sin ella tampoco es posible alcanzarla. Este tipo de voluntad es importante para romper con la inercia,  con la acomodación, con el miedo al cambio o a lo desconocido. Es la voluntad que nos empuja a dar el primer paso, sin este tipo de voluntad ningún proyecto comenzaría, nos enfrenta a la apatía, el conformismo, la rutina.

Voluntad para mantenerse en el logro: es la voluntad relacionada con la perseverancia, la constancia, el esfuerzo mantenido, la firmeza, el tesón. Esta voluntad se refuerza a medida que nos mantenemos en nuestros objetivos. Es la voluntad del esfuerzo en el día a día, de la puesta en marcha de las acciones, del trabajo constante y continuo. Es un tipo de voluntad que nos mantiene en la acción y esfuerzo continuo, es la voluntad del trabajo constante.

Voluntad para superar los obstáculos: en el proceso de alcanzar y conseguir una menta suelen aparecer obstáculos y dificultades. La voluntad para superar obstáculos es la responsable del porque en muchas ocasiones fracasan los proyectos. Este tipo voluntad nos empuja hacia la superación, hacia la solución de problemas. Es la voluntad relacionada con la visión, los objetivos y  la solución de problemas. Es un tipo de voluntad que no suele ser tenida en cuenta, pero  sin ella ningún proyecto alcanza su objetivo final. La ausencia de esta voluntad es la responsable del abandono, de la desmotivación ante la dificultad, de la apatía y el desinterés cuanto las cosas no fluyen como estaba previsto.

Voluntad para superar las frustraciones: este tipo de voluntad es necesaria para superar las propias frustraciones, ansiedades y miedos que surgen en el proceso. Es la voluntad que nos enfrenta a los bloqueos y las adversidades. Este tipo de voluntad es un factor diferenciador en las personas que logran superarse y triunfar.

Voluntad para terminar lo empezado: es la voluntad relacionada con el logro, la consecución de resultados, con alcanzar la meta final. Hay perfiles que se caracterizan por su dificultad para terminar las tareas, para finalizar proyectos. Es un tipo de voluntad enfocada al cierre, al logro, al resultado. Sin ella no hay finalización, los proyectos se comienzan, y hasta se desarrollan pero no se terminan, se quedan pendientes, con partes inacabadas y objetivos incumplidos.

De todas las acciones que emprendemos, las que requieren un ejercicio de voluntades mayor son las tareas difíciles o las que a priori carecen de interés, en ambos casos el ejercicio de la voluntad juega un papel clave en el resultado. Para desarrollar cualquier tipo de proyecto necesitamos no una voluntad única, sino distintos tipos de voluntades que vamos poniendo en marcha según los distintos momentos por lo que va pasando el proyecto o acción. No es el mismo tipo de voluntad el que necesitamos para comenzar algo, que el que necesitamos para superar un obstáculo después de meses de trabajo o implicación. 

Cada una de estas voluntades no es más que un conjunto de habilidades específicas que se ponen en marcha según la necesidad del momento, por ello cuando hablemos de voluntad deberíamos pensar en qué tipo de voluntad necesitamos, ya que las habilidades serán específicas al momento de la acción.

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