La vuelta al trabajo

La vuelta al trabajo es inevitable, por tanto ¿de qué nos sirve lamentarnos?, es un proceso que nos desgasta y dificulta la adaptación a las rutinas diarias.

Bookmark and Share

Nuria Fernández López

 

A pesar de la difícil situación econónica que estamos viviviendo, y aunque resulte paradógico con el número de parados a día de hoy, de los que convervan sus empleos, quien más y quien menos, anda un poco apesadumbrado por la vuelta a la rutina laboral.

Normalmente, el cambio del relax, la despreocupación y la libertad por las obligaciones, los horarios, la rutina y el estrés diario, suele resultar bastante costoso al principio.

Obviamente, no todos reaccionamos igual ante la vuelta al trabajo,  algunos, simplemente sienten una cierta añoranza ante el fin de las vacaciones, que no dura más de uno o dos días, otros, se sienten simplemente privilegiados por mantener sus trabajos, y hay también, quienes sienten un verdadero mal estar ante esta perspectiva.

En estos casos, es probable que hayamos oído algo acerca del síndrome postvacacional. Aunque este no es una patología propiamente dicha, si existen una serie de síntomas que han dado lugar a esta categorización. Tristeza, angustia, preocupación, mal estar, desgana, ansiedad, pesimismo ante la inminente incorporación, son algunos de sus síntomas.

A pesar de que el paso de las vacaciones a la rutina diaria, puede llevarnos a experimentar algunos de los síntomas anteriores,  podemos poner en marcha algunas recomendaciones que nos lo hagan más fácil.

  • Debemos intentar no hacer un cambio brusco del todo a la nada o viceversa. Podemos en los últimos días de vacaciones empezar a tomar conciencia de la realidad que nos espera, y podemos, en los primeros días de incorporación, seguir manteniendo actividades que nos resulten tan gratificantes como lo que veníamos haciendo. La idea es hacer una transición entre un estado y otro, que nos vaya poniendo en situación poco a poco.

  • Intentar pensar en positivo. La vuelta a la rutina, no tiene aspectos negativos solamente, aunque nos empeñemos en centrarnos en ellos,  debemos ver la realidad al completo, también con los aspectos positivos que supone la vuelta , reencuentros,  actividades, orden, etc.
  • Es importante que no dejemos sólo para épocas estivales la posibilidad de realizar actividades que nos gustan y nos resultan recompensantes, intentar llevar a otros momentos del año la realización de dichas actividades, suele ser bastante positivo. No sólo las vacaciones son momentos para el relax , la desconesión, o  la realización de actividades que nos satisfacen.
  • Crear espacios y momentos de ocio satisfactorio es un hábito que hará que no deseemos con tanta ansiedad la llegada de las vacaciones, y no nos deprimamos cuando éstas se acaban.
  • Debemos concedernos tiempo para irnos poniendo al día, no queriendo hacerlo todo lo atrasado y pendiente el primer día.
  • La rutina no es algo negativo en sí mismo, nos ayudan a estructurar mejor nuestro tiempo libre y sacarle mayor provecho.
  • Un trabajo que nos satisface y nos gusta, puede ser una gran fuente de motivación y satisfacción personal.

Es importante no entender el nuevo período como una pérdida, sino como una etapa con nuevas posibilidades, proyectos, relaciones, actividades, encuentros, etc, intentando pensar que a pesar de los inconvenientes , es muy probable que las ventajas  superen a las dificultades. Si así no fuera, entonces el problema no es volver al trabajo, sino a un trabajo en concreto y a unas circunstancias concretas, y ese, es otro problema, que requiere otro tipo de afrontamiento.

Grupo Finsi | NM formación y consultoría | Davinchi