Camina como un pavo real

La forma en que nos movemos comunica, no sólo como nos vemos a nosotros mismos, si no también como nos sentimos,  y dá las claves a como nos percibirán los demás.

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Nuria Fernández López

 

Si hablamos de comunicación no verbal, lo primero que podemos observar en los demás es la forma de caminar, la forma de moverse, lo que comúnmente se denomina "el porte". Esto, es lo primero que proyectamos a nuestro entorno, y lo que habla en primera instancia de nosotros.

Cómo es sabido, comunicamos, y mucho, con la forma en que manejamos nuestro cuerpo, con el más leve y sutil de los movimientos estamos transmitiendo.

Hablamos con nuestra postura de nuestro estado de ánimo, de la imagen que tenemos de nosotros mismos, de nuestros sentimientos, y hasta de nuestra autoestima. En definitiva, nuestra postura es la forma de presentarnos ante los demás.

A través de la postura corporal, también mostramos información a los demás de cómo deben acercarse y tratarnos, ellos nos perciben por la forma en que nos sentamos, caminamos y manejamos nuestro cuerpo. Comunicamos si nos sentimos ganadores o perdedores.

El lenguaje corporal no miente, y la manera en que presentemos nuestro cuerpo es la primera señal y la más evidente, que mostramos acerca de quiénes somos y cómo nos sentimos.

La comunicación no verbal, aunque entrenable y educable tiene mucho de instintiva. Sí te sientes feliz, pleno y lleno de vida, automáticamente enderezas la cabeza y echas los hombros para atrás, caminas con el cuerpo erguido, tu timbre de voz es firme, seguro, tu boca dibuja una sonrisa y tu mirad es suave.

Así, vemos como los ganadores, se paran con aplomo, se mueven con seguridad, sonríen con orgullo, están transmitiendo: "soy una persona acostumbrada a estar en la cima".

Mucho, muchísimo se ha escrito de la comunicación y su impacto, no voy por eso a detenerme en ello, pero una simple reflexión recordatoria, ahora que acabamos de comenzar un nuevo curso puede venirnos bien a todos.

Como alguien dijo: "cuando salgas al escenario de la vida veras que es muy grande, muchas personas estarán a tú alrededor, muchísimas, pero no te preocupes, al entrar respira hondo, echa los hombros hacia atrás,  siente como un pavo real, muéstrate como tal, asume esta actitud y termina adaptándote a ella".

Lo primero que vemos es el escaparate de la tienda, en función de ello, decidimos si entramos o no. Párate un momento, mírate a un espejo y trata de averiguar si lo que transmites está en sintonía con lo que realmente quieres transmitir. Repasa gestos, mirada, sonrisa, tono de voz, volumen, cómo caminas, cómo te sientes, cómo te diriges a otros, etc. Detecta qué te gustaría cambiar y ponte manos a la obra, "camina erguido y despacio", "mira a los ojos", "respeta los espacios personales", "sonríe", etc.  recuerda que como siempre que uno hace un cambio, al principio, puedes sentirte un poco incomodo, pero si eres perseverante y estás atento a tu objetivo, finalmente los demás te verán como a ti te gustaría que lo hicieran.

 

 

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