Tercer post de nuestra serie de artículos sobre el desarrollo mental enfocado hacia un proceso de mejora continua.
En un post anterior hablamos sobre algunas características mentales propias de los deportistas de élite que les permitían destacar y sobresalir en la eficacia de sus acciones. Veamos a continuación algunos ejemplos de ejercicios mentales destinados a una mejora en el desempeño de nuestras tareas:
"En ninguna parte puede hallar el hombre un retiro tan apacible y tranquilo como en la intimidad de su alma".
Marco Aurelio, emperador romano (121-180).
Llamamos entrenamiento mental a todos aquellos ejercicios destinados al desarrollo de la inteligencia, manteniendo el cerebro en forma, evitando el envejecimiento prematuro de las neuronas y permitiéndonos tener una mente más activa, lógica, potente y ágil.
Existen diversos métodos de entrenamiento mental para mejorar el rendimiento y todos ellos van dirigidos hacia un equilibrio mente-cuerpo.
Para comenzar el entrenamiento mental debemos tomarnos un tiempo para relajar la mente, concentrarnos e interiorizar el ejercicio que vamos a realizar. ¿En qué puntos debemos centrarnos?
Es, por tanto, una búsqueda de una perfecta sincronía entre lo interno y lo externo, algo que también hemos podido ver en el punto anterior.
Variantes del entrenamiento mental
Uno de los factores externos que más pueden influir en el éxito de nuestro entrenamiento es el factor ambiental. El espacio usado debe invitar al recogimiento y la reflexión, debe ser confortable, silencioso y con una temperatura agradable.
Marcar con anticipación cuáles son las áreas en las que se necesitaremos más trabajo nos permitirá comenzar por ellos o focalizar nuestros esfuerzos en la corrección de las alteraciones. Por ejemplo, si en un caso concreto repercutiera físicamente en nosotros, tensionando cuello, espalda o brazos, enfatizaríamos los procesos en su relajación. En el caso de presentar temores o ansiedad, los esfuerzos se concentrarían en la superación de estos.
Comenzaremos en cualquier caso por la parte mental y, si posteriormente lo considerásemos necesario para la relajación del cuerpo nos pondríamos en manos de un experto. Por lo general todas estas técnicas estás enfocadas hacia la relajación corporal-mental pero si existiese algún tipo de tensión o trastorno muscular significativo resultaría necesario un masaje terapéutico.
Como último paso llegaríamos al proceso de visualización, para el cual resulta muy conveniente contar con la guía y ayuda de un coach o psicólogo, cuya labor consiste en situarnos mentalmente ante eventos en los que generemos una reacción determinada para, a continuación, poder medir las respuestas y realizar correcciones sobre ellas.
Algunas de las bondades de esta metodología se encuentran recogidas desde hace siglos en algunas disciplinas y religiones orientales como el yoga, el zen, el budismo o el hinduismo y nos hablan de la idoneidad de la introspección y la meditación como método para alcanzar la "paz espiritual".
Hasta aquí llega este apartado sobre el entrenamiento mental, continuaremos con nuevos ejercicios en próximas entregas del blog.
Algunos ejemplos de deportistas de élite nos pueden servir para comprobar cómo el entrenamiento mental incide favorablemente sobre el desempeño de nuestras tareas diarias y nos prepara para iniciar un proceso de mejora continua.
Segundo post de nuestra serie de artículos sobre el desarrollo mental enfocado hacia un proceso de mejora continua.
Tercer post de nuestra serie de artículos sobre el desarrollo mental enfocado hacia un proceso de mejora continua.
Cuarto capítulo de nuestra serie de artículos sobre el desarrollo mental enfocado hacia un proceso de mejora continua.