Y arrojar lo que hubiera sobrado del dinero cobrado, arrojárselo al mar.
¿Os imagináis como sería nuestra vida si al finalizar el día decidiéramos tirar todo lo que no hemos consumido? Sin posibilidad de almacenar el stock sobrante, sin poder ahorrar, vivir al día. Aunque también ¿para qué trabajar para luego tirarlo? Mejor trabajar menos tiempo. Lo suficiente para gastar en ese día (Así nos evitaríamos que los vecinos nos denunciaran). Claro que uno de los pilares del progreso ha sido precisamente el poder guardar, almacenar, estocar el sobrante. Pero volviendo a la idea inicial, ¿qué sucedería si no pudiéramos tener más de lo que pudiéramos consumir? Come todo lo que quieras pero no te puedes guardar nada de comida. Pues seguramente todos tendríamos para comer. A pesar de ello en la fábula de la hormiga y la cigarra, siempre valoramos más la filosofía de la hormiga. El ser humano, a diferencia de la hormiga, piensa que el invierno puede ser eterno y sigue trabajando y trabajando a pesar de que ya tenga comida suficiente para pasar el invierno. Moraleja: En Suiza no hay mar. |
En un pueblo de allá por la costa suiza, –ohé, ohé–, un viejo pescador, borrachín, tranquilo, sin dar la paliza a nadie de su alrededor, pretendía vivir a su manera, que era: salir a pescar y pescar boquerón, calamar, o alguna ballenita –que también las da el mar– y después regresar con la frente marchita, como dice el cantar que se suele volver. Y vender el pescado en la lonja, boquerón, calamar, una esponja –que también las da el mar–, y cobrar lo que hubiera ganado al vender el pescado. Y marcharse a gastar lo que hubiera cobrado, en comer y en comprar cuanto es menester poseer. E invitar a beber y beber hasta el anochecer. Y arrojar lo que hubiera sobrado del dinero cobrado, arrojárselo al mar, devolver. Devolverle el dinero. Y cada amanecer empezar desde cero. Pero muchos vecinos denunciáronle al pobre –ohé, ohé– por contaminar. Que sus pocas monedas, sus “vertidos de cobre”, ponían perdidito el mar. Y no pudo vivir a su manera, que era: salir a pescar y pescar boquerón, calamar, o alguna ballenita –que también las da el mar–. Y después regresar con la frente marchita, como dice el cantar que se debe volver. Y vender el pescado en la lonja, boquerón, calamar, una esponja –que también las da el mar–. Y cobrar lo que hubiera ganado al vender el pescado. Y marcharse a gastar lo que hubiera cobrado, en comer y en comprar cuanto es menester poseer. E invitar a beber y beber hasta el anochecer. Y arrojar lo que hubiera sobrado del dinero cobrado, arrojárselo al mar, devolver. Devolverle el dinero. Y cada amanecer empezar desde cero. |
Lanzamos hoy también una nueva sección en la que comenzamos la semana con ritmo y reflexión al mismo tiempo.
Canción: "A paso de Tortuga". EL SUEÑO DE MORFEO
Hoy vas a ser la mujé que te dé la gana de ser. Hoy te vas a querer como nadie ta sabio queré...
Resistiré para seguir viviendo soportaré los golpes y jamás me rendiré y aunque los sueños se me rompan en pedazos, resistiré, resistiré.
Saber que se puede... Querer que se pueda... Pintarse la cara color esperanza tentar al futuro con el corazón
Eres tonto!
Salir a la calle sin la tontería
Sacando de dentro entera tu vida
Entera tu vida
Y arrojar lo que hubiera sobrado del dinero cobrado, arrojárselo al mar.
La gestión efectiva del cambio requiere comunicación clara, formación para nuevas habilidades, fijación y celebración de metas, apoyo emocional, y empoderamiento del equipo. Estos elementos fomentan la confianza, motivación, bienestar mental y compromiso, siendo clave para el éxito organizacional.