El miedo al error es un lastre emocional que hay que aprender a soltar.
Venimos al mundo programados genéticamente para experimentar determinados tipos de emociones que han permitido nada más y nada menos que preservar la especie.
Muchas de estas emociones resultaban vitales en un entorno naturalmente hostil. Nuestro cerebro en la actualidad sigue manteniendo este tipo de respuestas, pero los disparadores de las mismas ya no son los depredadores que ponían en peligro nuestra existencia, sino que somos nosotros mismos nuestros principales enemigos con nuestra forma de pensar e interpretar el mundo.
Controlar y regular nuestras emociones para que resulten adaptativas a nuestro entorno, es tal vez uno de los principales aprendizajes que debemos hacer en los primeros años de nuestra existencia, y a lo largo de toda nuestra vida. Dicho sea de paso, aprendizaje al que no se le presta la debida atención en los sistemas educativos, más enfocados a adquirir conocimientos que competencias emocionales. Sin embargo, la experiencia nos demuestra que la falta de este tipo de competencias es la principal fuente de errores y fracasos personales.
Son muchos los post que en este blog hablan de emociones y regulación emocional. Pero también es ingente la literatura y trabajos de investigación sobre este tema. Sin ir más lejos, quien no ha oído hablar de ¿Goleman y su Inteligencia Emocional?
Por este motivo, me gustaría comenzar hoy una serie en la que vayamos abordando a lo largo de varios post, distintos tipos de procesos emocionales y cómo estos nos afectan y condicionan nuestras vidas, intentando además buscar alguna clave de manejo y mejora.
Afortunadamente, el aprendizaje emocional puede realizarse en cualquier momento. Es posible que hasta el día de hoy no nos sintamos muy competentes en el manejo de determinado tipo de emociones, pero esto no es razón para seguir perseverando en esa incompetencia. El cambio es una cuestión de voluntad personal. Y por mi experiencia os puedo decir que son necesarias menos de 10.000 horas de práctica (post 16 de enero 2012).
Vivimos en una sociedad en la que hemos aprendido a desarrollar un miedo paralizante a cometer errores. Una sociedad en la que cometer un error es penalizado y se refuerza y reconoce el "hacerlo bien a la primera". Este error de concepto ha hecho que muchas personas experimenten verdadero pánico a equivocarse, y lleguen a desarrollar cuadros importantes de ansiedad y depresión. Esta búsqueda del éxito y los resultados a toda costa requiere de una muy buena gestión emocional, sino las consecuencias pueden ser catastróficas. Tal vez el error principal sea olvidarnos del proceso y sólo centrarnos en los resultados.
Estar cerca de niños pequeños es una fuente enorme de aprendizajes elementales que luego olvidamos y que ellos vienen a recordarnos. ¿Acaso no nos enseñan que cualquier logro/éxito viene precedido de muchos intentos frustrados, de muchos ensayos fracasados?. Tal vez deberíamos aplicar la filosofía de un niño que intente una y mil veces ponerse en pie antes de comenzar a andar.
Lo que quiero decir es que el error de base es no permitirnos el error. A base de ensayo y error el ser humano ha evolucionado hasta estar donde está. El problema radica en la interpretación que hacemos de éstos errores. Nos cuestionamos, nos castigamos y no olvidemos las etiquetas que nos adjudicamos: soy un completo desastre, nunca lo voy a conseguir, seguro que no saldrá bien, que van a pensar...y un sinfín de pensamientos que lo que hacen es bloquearnos. La estrategia emocional eficaz en estos casos, es convivir de forma natural con la posibilidad de fracaso. Aceptar que el error puede llegar, que eso no nos cuestiona en absoluto, intentar buscar claves de mejora cuándo se produzca, y centrarnos más en el proceso que en el resultado.
El miedo al fracaso y al error en un lastre que debemos soltar lo antes posible, y que nos ayudará a regular nuestras emociones de una forma más sana, positiva y eficaz. Quizá debamos plantearnos el coste emocional que supone vivir con ese nivel de exigencia irracional, y reconocer que gracias al mecanismo de ensayo y error se han producido los principales avances del ser humano. Los grandes genios de la humanidad, previo a sus grandes aciertos han tenido infinidad de desaciertos.
El miedo al error es un lastre emocional que hay que aprender a soltar.
La ansiedad en una de las emociones más ampliamente estudiadas. Existen distintos tipos de ansiedad, entre ellos la ansiedad a hablar en público.
El miedo es una respuesta adaptativa que ha permitido preservar la especie. Sin embargo, el miedo irracional es altamente incapacitante.
Arthur Schopenhauer dijo: "La riqueza material es como el agua salada, cuanto más se bebe, más sed da".
La relación entre procesos mentales y orgánicos es una cuestión presente no sólo en los orígenes de la psicología, sino también en la medicina.
La envidia se define como la sensación de admiración o deseo por tener algo que otro posee, y el rencor o resentimiento al ver el éxito del otro.
Es un sentimiento en el cual una persona se siente de menor valor frente a los demás.
Leía este fin de semana:"La naturaleza nos dota de ilimitadas posibilidades, pero solamente realizamos aquellas para las que nos juzgamos capaces."
Muchos han dicho que el suicidio es un ejercicio de libertad, los expertos coinciden en considerarlo un problema de sufrimiento intenso.
Las emociones están con nosotros desde hace millones de años, antes incluso de que el homo fuera sapiens.
Las emociones son respuestas automáticas y los sentimientos son la etiqueta de la reacción emocional.