El sentimiento de autoeficacia

La naturaleza nos dota de posibilidades pero sólo la creencia personal de capacidad, las convierte en realidades. Las personas que creen y confían en sus posibilidades, son las que verdaderamente son capaces de superar sus propios límites.

Ya desde finales de los años sesenta, E. Locke venía demostrando que el preocuparse por objetivos personales y organizacionales era una de las mejores causas de motivación  y productividad. Diferentes investigaciones demostraban una y otra vez, que  las metas personales  están por encima de otras causas como fuente de motivación.

Bandura, destacado teórico y experimentador de la teoría del aprendizaje social, cuyos trabajos han sido pioneros en la investigación del aprendizaje basado en la imitación y observación de modelos, ha sido también, un investigador de referencia con sus estudios sobre la autoeficacia. Para Bandura, la autoeficacia no es otra cosa que:" la autoevaluación que un individuo hace sobre lo que se cree capaz de hacer".

Para él, las metas personales son fuente de motivación, siempre y cuando se obtenga un conocimiento a cerca de los logros o fracasos en la consecución de dichas metas. Para confirmar este enfoque, realizó distintos trabajos experimentales. En uno de ellos, hizo que un grupo de individuos trabajasen exclusivamente con metas concretas y exigentes, hacer girar un anemómetro 150 veces con un manillar. Los sujetos hacen el esfuerzo por conseguir aquello que se les ha pedido, pero no reciben información  alguna de si han conseguido o no su objetivo. Otro grupo de individuos, realizan el esfuerzo sin haberse propuesto ninguna meta concreta, pero al finalizar su tiempo se les informa de las veces que ha girado su anemómetro por segundo. Existe un tercer grupo, a cuyos miembros se les propone una meta exigente, pero además se les informa de a qué distancia quedaron de conseguirla, o en qué medida la sobrepasaron. Todos los grupos realizaron varias repeticiones. El grupo que consiguió mejores resultados fue el que tenía metas exigentes, pero al mismo tiempo recibía información sobre sus resultados.

Los trabajos de Bandura concluyen que no basta sólo con proponer metas exigentes a las personas o a uno mismo, resulta fundamental recibir feedback del grado de consecución de las metas, de cara a la interiorización del sentimiento de autoeficacia.

Bandura afirmaba que una vez que una persona alcanza la meta que se ha propuesto, siente una inmensa satisfacción personal que  se convierte en el motor de motivación más potente.

La mejor manera de trabajar en el sentimiento de autoeficacia, es proponerse metas exigentes a largo plazo, subdividiendo dicha meta en otras a corto plazo (meses, semanas, días), cada meta conseguida a corto plazo, nos acerca un poco más al logro final, e incide de forma directa en el sentimiento de autoeficacia. La satisfacción de ir alcanzando logros, y de ver como lo aparentemente inalcanzable va poco a poco convirtiéndose en una realidad próxima, es el elemento de motivación más potente. Se trata de ir construyendo a través de logros, el sentimiento de capacidad.

No se puede trabajar sólo con metas finales, ya que nos abruman,  intimidan,  desbordan, hay que fraccionar el camino en etapas, y cada etapa superada, aumenta el sentimiento de autoeficacia y la consciencia de la capacidad y posibilidad cierta de llegar a alcanzar la meta final, a pesar de las exigencias o dificultades.

Las teorías cognitivo-conductuales ha probado sobradamente que solamente se es incapaz de aquello de lo que uno se siente incapaz.