Emoción antes que razón

Continuamos con la serie sobre emociones.

Aunque ya hemos analizado varias de las emociones básicas del ser humano, echo en falta un post genérico a cerca del tema de lo que representan para nosotros como especie las emociones.

El ser humano es un ser racional, la razón nos diferencia de otras especies animales,  pero también es un ser emocional. Hay quien afirma que la emoción formaba parte de nuestra esencia antes incluso que la razón. Las emociones están con nosotros desde hace millones de años, antes incluso de que el homo fuera sapiens, y eso es lo que nos han permitido sobrevivir.

Durante mucho tiempo muchos pensadores consideraron a las emociones con algo malo que debilitaba al hombre. Había que eliminarlas, erradicarlas, el hombre debía ser un ser racional por encima de todo.

Hoy en día estamos casi en el modelo contrario. Las emociones son importantes hasta el punto que convivimos con conceptos como la "Inteligencia emocional" y nos preocupamos por cuánto de inteligentes emocionalmente somos, frente a los conceptos clásicos de inteligencia.

Sabemos que no hay nada de lo que hacemos que no esté relacionado en su comienzo o en su final con una emoción.

Vivir sin emociones es una sentencia de muerte, y la ciencia cada día presenta más datos que avalan este hecho.

Las emociones son el mecanismo básico que tenemos de prepararnos para afrontar o responder a un acontecimiento. Está demostrado que las emociones influyen en procesos psicológicos básicos como la memoria, la atención y el razonamiento.

Aunque popularmente suele decirse que las emociones son una fuente de distracción,  su efecto es justamente el contrario. En el caso de la memoria y con un cerebro que  no está diseñado para recordar todo lo que recibimos del entorno, la emoción juega el papel de seleccionar el tipo de información que merece la pena recordar y grabar.

Las emociones son un auténtico mecanismo básico de supervivencia. Necesitamos emociones para tomar decisiones, para comunicarnos,  relacionarnos  y comprender no sólo a otros sino todo lo que nos rodea.

Cada vez son más las acciones de formación-desarrollo profesional y personal dirigidas a comprender, reconocer, manejar y convivir con las emociones propias y de otros.

Por último recordar toda la línea de trabajos que han venido apareciendo en los últimos años y que demuestran ampliamente la estrecha relación entre las competencias socio-emocionales y la felicidad,  el éxito, el logro, la satisfacción, etc.

El desarrollo emocional es básico para el ser humano y afortunadamente cada vez somos más conscientes de ello, aunque un hecho tan natural como sería hablar de nuestras emociones todavía puede resultarnos incómodo, lo que no es más que un indicador de que a pesar de todo todavía nos queda camino por recorrer.