Cuando se desarrolla un curso, normalmente, el que lo evalúa no es el alumno, o no se evalúa desde el punto de vista del alumno.
Decidir si un curso e-learning, que hemos desarrollado "a medida" o que hemos adquirido de catálogo, es bueno o no, conlleva una gran responsabilidad. Si vamos a llevar a cabo un programa formativo para un colectivo de la organización, quien valida el curso tiene que decidir en función del colectivo y, por supuesto, de los objetivos a conseguir.
En formación presencial, cuando se cuenta con un experto formador en un tema, se le transmiten cuáles son los objetivos a conseguir, y normalmente, es él quien decide los materiales a utilizar, las dinámicas a llevar a cabo, los recursos pedagógicos que se manejarán en el aula, etc. Esto es así porque confiamos en que él es el experto. Podemos revisar el cronograma que utilizará, el tipo de dinámicas o repasar los mensajes a lanzar, pero delegamos en él la formación.
Cuando evaluamos o contratamos un curso e-learning, también hay un experto detrás del desarrollo del curso. O mejor dicho, hay varios. Por una parte está el experto que es conocedor del contenido que se trata en el curso. Por otra parte está el guionista que traduce dichos contenidos a un lenguaje de pedagogía on-line y finalmente están los desarrolladores de los recursos multimedia a utilizar.
Este conjunto de expertos tiene que hacer un curso que cumpla los objetivos pedagógicos que se han marcado, y por tanto, tanto el contenido, como el guión, como los recursos multimedia tienen que ir encaminados a ello. Cuando se presenta el curso, la persona que lo valida, quizás la misma persona que valida el curso de formación presencial, se comporta de diferente manera. Normalmente se suele dar feedback sobre todos los aspectos del curso: contenidos, secuenciación, recursos multimedia, imagen gráfica, colores, tiempos, frases, palabras, etc.
Cuando se trata de desarrollar un curso e-learning, las personas que validan los cursos no suelen confiar tanto en los diferentes expertos que intervienen en el desarrollo, a diferencia de la formación presencial. Así pues, como señalaba, la supervisión y modificación de lo desarrollado se aplica a todos los aspectos del curso.
Como esto es así, habrá que tener en cuenta varios aspectos a la hora de validar o evaluar un curso on-line.
La formación on-line no lleva mucho en el mercado. No existe todavía un conocimiento consolidado de lo que funciona y lo que no funciona. Es claro que existe mucho peso personal, es decir, un alumno motivado aprende con el peor curso del mundo.
Pero aunque los conocimientos sobre el tema no sean conclusivos, si tenemos una metodología consolidada para llevar a cabo una evaluación de lo que puede funcionar o no. Esta metodología huye del método introspectivo para obtener conclusiones, es decir "me gusta, no me gusta" como herramienta principal. Fijémonos, al menos, cómo se hace en otras disciplinas para saber si algo funciona o no funciona.
El desarrollo de cursos on-line "a medida" puede hacer que se reduzcan los costes de la formación, pero siempre y cuando el curso reemplace a varias ediciones presenciales.
Vamos a hablar de varios conceptos para diferenciarlos y poder ubicar en un mapa conceptual cada uno de ellos y su relación con los demás.
En muchas ocasiones se confunden los términos curso y plataforma dando lugar malentendidos y falsas expectativas.
Distintos grados de tutorización en una formación e-learning
Definición de SCORM. Ventajas e inconvenientes
Pautas a tener en cuenta para tomar una decisión en cuanto a una plataforma de formación on line
El término "Herramienta de Autor" se utiliza para aquellas aplicaciones con las que se desarrolla un curso on-line. Para entender bien su función es necesarios aclarar algunos términos.
En los cursos e-learning, hay que tener en cuenta este aspecto: ¿Qué quiero conseguir? = ¿Qué voy a enseñar? = ¿Qué voy a evaluar?
La Taxonomía de objetivos pedagógicos de Bloom es una agrupación de objetivos pedagógicos que se usan como referencia para trabajar en los cursos.
Cuando se desarrolla un curso, normalmente, el que lo evalúa no es el alumno, o no se evalúa desde el punto de vista del alumno.
Cuando sale la segunda edición del libro “Sea un formador excelente”, los autores del mismo, acompañados del resto del equipo de formadores del grupo FINSI, han desarrollado una versión en formato de curso on-line basado en el libro que tan buenas críticas ha tenido desde su publicación.
La duración del curso on-line es una de las características que siempre se especifica o se pide. Pero la variabilidad es enorme. ¿Cómo se calcula?
Toma el contenido que quieres transmitir, fragméntalo en divisiones y subdivisiones, piensa en una manera interactiva en la que el alumno accederá a ello y crea un buen mapa o esquema que de sentido a todo.