Nuestros recuerdos no son más que reconstrucciones más o menos exactas de como ocurrió un hecho.
Cuando hacemos memoria para recordar hechos o situaciones de nuestro pasado más o menos reciente, ninguno pensamos que es posible que estemos incluyendo ciertos datos que no ocurrieron en realidad, u obviando otros que sí sucedieron.
La investigación en psicología señala que no existen los recuerdos objetivos, que lo que hacemos son reconstrucciones de la realidad,a mayor distancia en el tiempo, mayor reconstrucción. Cuando se recupera información de la memoria no es posible tener una fotografía que ofrezca una réplica del pasado. Los recuerdos son reconstrucciones aproximadas del pasado que pueden estar distorsionadas e incluir detalles inexistentes.
Hay varios experimentos, entre ellos los de Barlett (1932) sobre la reconstrucción de los recuerdos, que indicaban, que al recordar. los sujetos tendían a cambiar la historia y a recordar hechos que no estaban en la historia original.
Barlett hacía que una serie de sujetos experimentales leyeran una historia 2 veces, luego hacían una pausa de 15 minutos y finalmente tenían que escribirla con la mayor fidelidad posible.
Los resultados indicaron que:
Barlett concluyó que las distorsiones del recuerdo se debían a que los jovenes reconstruían la historia para adaptarla a sus esquemas establecidos.
Las investigaciones de Elisabeth Loftus y otros autores respecto al efecto de la "información falsa" demuestran que existen distorsiones a menudo en el testimonio de testigos oculares.
Sus investigaciones han puesto de manifiesto que recordar algo no significa que haya sucedido así realmente, que la memoria se puede manipular.
En 1974, realizó un experimento muy relevante en el campo de la memoria con el objetivo de mostrar la fragilidad de la fiabilidad de los testimonios de los testigos de un evento.
Mostró a los sujetos que participaron en el experimento un video de un accidente de coches. Seguidamente, los participantes contestaron a una serie de cuestiones acerca de lo que habían visto. Algunas de estas preguntas incluían información falsa, tales como: "¿Cómo de rápido iba el coche de color blanco cuando pasaba por la granja mientras corría por la carretera rural?". Sin embargo, el video no mostraba el coche pasando por ninguna granja. Una semana más tarde, el 17% de los participantes dijeron haber visto pasar el coche por la granja. La sencilla insinuación de que había una granja había creado su "recuerdo".
A un grupo se le preguntó que valoraran a qué velocidad iban los vehículos cuando "chocaron". Al resto se les formuló la misma pregunta pero se sustituía la palabra "chocaron" por términos como "colisión", "impacto" y "golpe".
Los que contestaron a la palabra "choque", estimaron que los coches corrían 30km más rápido que aquellos a los que se les dijo el término "colisión". Semanas después, cuando se les preguntó acerca de un cristal o luna rota en el accidente a los que habían sido interrogados con las palabras más "fuertes", recordaron perfectamente esa luna rota a pesar de que en el accidente no hubo tal.
Casi nadie puede escapar al fenómeno de la información falsa. Parece ser que esta información falsa destruye y reemplaza al recuerdo original.
Los recuerdos erróneos resultan muy convincentes a pesar de distar mucho de la realidad.
Esto explica, por qué dos personas, podemos recordar un mismo acontecimiento objetivo, de dos modos totalmente distintos. Cada uno reconstruímos en función de nuestros propios esquemas y experiencias.
Igual debemos replanteranos afirmaciónes tipo: " estoy totalmente seguro que las cosas sucedieron como yo te he dicho..."
Nuestros juicios son nuestros de verdad o nos dejamos influir por los juicios de los demás.
Somos realmente capaces de predecir cómo nos comportaríamos en un entorno verdaderamente hostil.
Los aspectos legales y filosóficos acerca de la obediencia son de enorme importancia, pero dicen muy poco sobre cómo la mayoría de la gente se comporta en situaciones concretas. Stanley Milgran. The Perils of Obedience. 1974.
La cultura organizacional es el conjunto de percepciones, sentimientos, actitudes, hábitos, creencias, valores, tradiciones y formas de interacción dentro y entre los grupos existentes en todas las organizaciones.
Nuestros recuerdos no son más que reconstrucciones más o menos exactas de como ocurrió un hecho.
Estamos totalmente influenciados por las opiniones, las conductas, los valores de las demás personas a la hora de decidir ciertas posturas, tomar nuestras propias decisiones o de comportamos en una situación determinada.
No es posible no experimentar sucesos negativos, lo único que podemos hacer es aprender a enfrentarlos de la forma más positiva.
Todos buscamos la felicidad, y es posible que en alguna ocasión hayamos pensado que si tuviéramos más dinero seríamos más felices.
Tal vez muchos de nosotros nos hayamos preguntado en alguna ocasión, ¿qué haríamos si nos encontramos a alguien en peligro?. A la luz de las investigaciones dar una respuesta en positivo o negativo es bastantes complicado.
La capacidad para demorar la gratificación es una habilidad fundamental a la que en formación se le presta muy poca atención, pero tiene una gran relevancia a la hora de gestionar los resultados esperados a corto y medio plazo relacionados con nuestro comportamiento.
Trabajar en el desarrollo de una sana autoestima nos convertiría en menos materialistas.
Al parecer según la investigación los testigos del ataque a Kitty Genovese no son culpables de indiferencia o egoísmo.... Es un problema de cantidad.
El juego del ultimatum se usa como evidencia contra las teorías del homo economicus pues muestra que las elecciones sobre criterios de justicia priman sobre las de beneficio.
El experimiento de Milgran en formato programa reality-show. Impresionante.
El contexto en el que se produce un comportamiento determina su interpretación y significado.
En contra de lo que mucha de la información que nos llega cada día a cerca del comportamiento humano parece indicar, nacemos con el sentido de la justicia.
El experimento llevado a cabo por Marina Abramovic consistía en quedarse inmóvil sin importar lo que le hicieran.