4a idea irracional: Necesidad de control

Volvemos nuevamente a enfrentarnos con una idea que cuesta creer que sea irracional.

Desde que nacemos nos educan para intentar controlar y diseñar nuestro destino, el "libre albedrío". Al principio, nuestros padres, van tomando decisiones por nosotros. La manera de educar, la elección del colegio, las actividades extraescolares, etc. Todos tenemos una idea de "lo que nos gustaría".

Una vez que somos más conscientes de nuestro propio comportamiento, vamos tomando la dirección de nuestros actos. Diseñamos, planificamos y ponemos en marcha. Muchas veces posponiendo el difrute, "me esfuerzo hoy para que el día de mañana...".

Con nuestras expectativas y la percepción de control vamos viviendo.

Pero un día algo se tuerce. "Esto no pinta bien". Mi hijo no estudia. No encuentro el trabajo al que aspiraba. Ya debería estar casado con hijos y no tengo ni pareja. Todo ésto en una dimensión macro. A nivel más específico, el proyecto no da el resultado que esperaba, no consiguo la meta que me había marcado, no he vendido mi idea, etc.

¡Nada va por el camino que yo quiero! Esto es un desastre. Es lo peor.

Pues bien, en este punto podemos reconsiderar las cosas o llenarnos de dolor. Como sufrir es fácil, vamos a centrarnos en la primear parte. ¿Qué hacer?

Consideremos en primer lugar que podemos estar sobrevalorando nuestra capacidad para controlar lo que ocurre en nuestras vidas. Pensamos que las cosas "deberían de ser de una manera" y nos frustramos por ello. Pero, ¿porqué "debería de ser de una manera determinada"? En realidad, "nos gustaría que fuera de una manera determinada". Cambia mucho pensar que algo "debería ser y no es" a "me gustaría que fuese y no es". Lo primero entraña más sentimiento de malestar.

Por otra parte, confundimos lo que "queremos que sean las cosas" con la "necesidad que tengo de que sean así". Yo "quiero" beber porque tengo sed y "necesito" beber para no deshidratarme. Yo quiero tener un determinado vehículo, pero no es una necesidad vital. ¿Por qué convertir en necesidad algo que no lo es?. Evidentemente si se vuelve necesidad y no podemos controlar la consecución de su satisfacción, podremos verlo como "una catástrofe".

Cuando las cosas no salen como las teníamos planeadas, sea lo que sea, está bien luchar por ello. Lo que no interesa es sufrir por ello, más allá del valor real.

Podríamos decir aquí y utilizar muchas frases, moralejas, etc., del tipo "cuando se cierra una puerta se abre otra" y todas nos ayudarán a combatir la idea irracional de pensar que cuando las cosas no salen como a mi me gustarían es una situación catastrófica.